El Mensaje

El Mensaje - Las Palabras Radicales de Jesús


91. En el sábado, el día de reposo, ¿se permite hacer el bien o el mal?, ¿salvar la vida o quitarla?

92. Si uno de ustedes, en el día de reposo, viese a un animal atrapado en un hoyo profundo, ¿no haría todo esfuerzo hasta rescatarlo? ¿No son las vidas humanas más valiosas que la de un animal?

93. Y si ustedes utilizan los sábados para hacer ceremonias y observar leyes religiosas, ¿cómo es que me critican porque sano en el día de reposo? Mi Padre trabaja todos los días y yo también.

94. ¿No han leído que cuando el rey David y sus soldados tuvieron hambre entraron al templo y comieron del pan santo reservado para los sacerdotes, un acto prohibido por las leyes religiosas? ¿No saben que cuando los sacerdotes trabajan los sábados en el templo profanan el sábado, y sin embargo son contados inocentes? Ahora uno ha llegado a ustedes que es más grande que el templo. Les digo la verdad: soy Señor incluso del sábado.

95. Si ustedes supieran lo que significa esto: «Prefiero más la misericordia que el sacrificio», no condenarían a los inocentes. El día de reposo fue establecido para el beneficio de las personas, no para esclavizarlas.

96. ¿No fue Moisés el que les dio la ley del Antiguo Testamento? Sin embargo, ninguno de ustedes cumple con toda la ley. No piensen que yo los voy a acusar delante del Padre. El que los va a acusar es Moisés, en quien ustedes han puesto su esperanza. Porque si le creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque él escribió sobre mí. Pero si no creen lo que Moisés escribió, ¿cómo creerán lo que yo les digo?

97. Repito, traten de entender lo siguiente: deseo misericordia y no sacrificios religiosos.

98. ¿Cómo describiré a los religiosos? Son como niños sentados en la plaza que juegan gritando a sus amigos: «Tocamos la flauta y ustedes no bailaron ni cantaron. Cantamos canciones fúnebres, pero ustedes rehusaron llorar».

99. Juan el Bautista vino y vivió con austeridad, sin beber vino y ayunando mucho. Todos dijeron: «Debe de tener un demonio». Yo vine gozándome plenamente la vida, bebiendo vino y disfrutando la comida, y todos dijeron: «¡Es un bebedor de vino y glotón, amigo de traidores y pecadores!». Pero ¿acaso tiene sentido que estén ayunando los que están en una boda y acompañando al que se está por casar? Una vez que no estén más con el novio, entonces sí ayunarán. Pues los que se manejan con sabiduría son justificados por la sabiduría.

100. Mira, el Antiguo Testamento termina con la enseñanza de Juan el Bautista. Desde ese entonces, se predica el Reino de Dios y todos deben esforzarse por entrar en él.

101. Cuando la gente salió al desierto a ver a Juan el Bautista, ¿qué esperaba encontrar? ¿Una persona débil que se podía manipular? ¿Qué querían ver? ¿A alguien vestido con ropa fina? Mira, los que se visten así sirven al sistema. Pero ¿qué salieron a ver? ¿A un profeta? Sí, les digo que Juan era un profeta y aún más.

102. De él hablaba la profecía antigua que mencionaba que habría un mensajero que prepararía el camino para el Escogido de Dios. Y si lo pueden aceptar, Juan era el «Elías» que iba a venir y, aun así, le hicieron maldad.

103. Porque Juan vino a mostrar el camino de la justicia y, sin embargo, los líderes religiosos no le creyeron. Las prostitutas y los traidores sí le creyeron; pero incluso cuando los líderes religiosos vieron eso, no se arrepintieron después para creerle.

104. Les digo la verdad: de todas las personas que han nacido físicamente, no hay nadie más grande que Juan el Bautista. Sin embargo, la persona menos importante en el Reino de Dios es aún más importante que él.

Referencias:
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