¿Para qué fijarse metas tan triviales, como imperios mundiales, cuando puedes construir un Reino que jamás será destruido, y el cual gobernará sobre todos los reinos menores de la tierra?
Si nosotros, que hemos encontrado la Respuesta en Jesús, nos avergonzamos de proclamar el evangelio, entonces perdemos la batalla espiritual.
Compartir testimonios parece ser una práctica estándar en las iglesias. Pero en general se ha vuelto otro ritual insustancial que trae consigo más riesgos espirituales que edificación espiritual.
Pablo dijo: "Pues, mientras pasaba y miraba sus monumentos sagrados, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. A aquel, pues, que ustedes honran sin conocerle, a este yo les anuncio."
© 2024 Cómo Vivir Por Fe