El reino de Dios, tal como lo enseñó Jesús, es tan diferente a las demás religiones que no se debería considerar una religión.  Las religiones supuestamente cristianas a menudo tienen más en común con las religiones no cristianas que con Jesús y sus seguidores.

Hay algunas cosas que todas las religiones tienen en común.  Estas mismas cualidades son las que las hace diferente a lo que enseñó Jesús.  Nos enfocaremos en seis de estos aspectos.

1. Edificios

Casi todas las religiones adoran los edificios.  Tienen muchos nombres especiales para ellos; y les dan más tiempo, dinero y amor a sus edificios que a Dios y a sus prójimos.  Cada religión compite con las demás en edificar los templos e iglesias más grandes y mejores. 

Las personas religiosas quieren que las demás muestren interés en sus edificios (Lucas 21:5-6).  Se enojan cuando alguien dice algo en contra del edificio y de todo el dinero que se ha gastado en este.

Aunque existen varias razones por cuales los líderes religiosos mataron a Jesús, la Biblia dice que una de ellas fue que Él había hablado en contra de su edificio, el templo judío (Mateo 26:59-61).

El templo no era malo en sí mismo; pero Jesús estaba en contra de la adoración que la gente tenía por este.  Ese nivel de amor debería haber sido dado a Dios y al pueblo, no a una estructura inanimada.  Las iglesias actuales a menudo gastan alrededor de 90% de sus fondos en la construcción y mantenimiento de sus edificios, y menos de 1% en ayudar a los necesitados.  Jesús dice que el lugar donde ponemos nuestro dinero muestra lo que amamos (Mateo 6:21).

Cuando Jesús gritó, "¡Consumado es!", mientras moría en la cruz, estaba señalando que Dios había terminado con el sistema religioso.  Dios mostró la verdad de esto al romper la cortina gruesa del templo que antes separaba el lugar donde se concentraba la presencia de Dios.  Esto sucedió a la misma vez que Jesús murió (Juan 19:30; Marcos 15:37-38).

Antes de esto, Jesús le había anunciado a una mujer que ya estaba llegando la hora en la cual no importaría dónde la gente iría a orar, sino que tuviese el espíritu correcto cuando se comunicara con Dios (Juan 4:21-24).  Los miembros del reino de los cielos no necesitan IR a una iglesia, porque ellos SON la iglesia (Hechos 7:48).

El primer cristiano que fue asesinado por su fe murió unos minutos después de declarar a los líderes religiosos que Dios no vive dentro de los edificios.  Incluso hoy en día, los líderes religiosos se enfurecen cuando uno verdaderamente enseña esta verdad. El Nuevo Testamento es claro en enseñar que Dios vive dentro de la gente y no en los templos hechos con manos (1 Corintios 6:19).

Algunos defienden su derecho de gastar el dinero en tales edificios religiosos diciendo que la gente necesita un lugar donde reunirse.  La verdad es que la gente podría reunirse en cualquier lado: una plaza, un parque, aun en sus propios hogares.  La mayoría de las veces se gasta una cantidad enorme de dinero para construir un edificio de lujo que sólo se usa un par de veces a la semana. (Hablaremos más sobre esto en la sección 4 debajo.)  Aman a los edificios y no pueden imaginar alternativas prácticas a su obsesión con la construcción y mantenimiento de estos templos muertos.  

Tanto es la obsesión con los edificios que a menudo se endeudan por una enorme cantidad de dinero para poder obtener un terreno o edificio.  Una vez comprometidos a construir, comprar, alquilar, y/o mantener sus edificios, por consecuencia exigen diezmos y presionan a los que asisten a tales edificios para conseguir trabajos con mejores ingresos para poder poner más y más dinero en la bolsa de la ofrenda.  

Esta es una diferencia muy grande e importante entre el reino de Dios que Jesús predicó y las muchas religiones del mundo, incluso hoy en día.

2.  Salud

Como las personas religiosas aman más a los edificios que a Dios (quien supuestamente vive adentro) al oír que Dios mora dentro de los seres humanos, empiezan a adorar a sus cuerpos físicos, y enseñan que esto es la voluntad de Dios.  Es otro ejemplo de amar más al "contenedor" que al Dios que habita ahí.

Casi todas las religiones tienen reglas sobre la salud (Marcos 7:3-4).  Tratan de elevar estas reglas de salud a una importancia igual (o mayor) que las reglas espirituales que enseña Jesús.  Las reglas de salud sobre comer carne (o ciertos tipos de carne), tomar alcohol, usar azúcar, tomar drogas y otras cosas que han pasado a ser reglas religiosas, se usan para que algunas personas se sientan superiores a otras.  Pero Jesús dice, "Nada que entra por tu boca te contamina el corazón" (Marcos 7:15).

Acusaron a Jesús de ser borracho y de comer como chancho porque comía y bebía lo que los líderes religiosos declaraban ser malo (Lucas 7:37) . Jesús dijo que Dios nos puede proteger si comemos o bebemos algo que no es bueno para nosotros (Marcos 16:18).  Dios le mandó a Pedro a matar y comer animales que su religión no lo permitía comer cuando Pedro decía que tal comida era inmunda (Hechos 10:9-16).  Dios le mandó hacerlo porque quiso que Pedro trabajara y viviera con personas de otras religiones que no seguían las reglas de la religión de Pedro. 

Las reglas de salud pueden lograr que la gente tenga cuerpos más sanos; pero cuando las religiones las enseñan como reglas espirituales, causan divisiones entre las personas y hace que cada uno se sienta superior al otro.  Muchas personas que tienen cuerpos sanos tienen espíritus enfermos, ya que no tienen mucho amor por los demás.  Los sanos pueden ser crueles hacia las personas enfermas al decir que éstas sufren por ser malas o porque Dios está enojado con ellas.

Le es más importante a Dios que tengamos espíritus sanos que cuerpos perfectos.  No es importante si estamos enfermos o lisiados (Mateo 18:8-9).  A menudo las personas enfermas son más humildes que las que tienen salud (Juan 9:39-41).  Las religiones que estimulan a la gente a orar por la salud, a menudo enseñan que la gente más espiritual es aquella que está sana.  A veces también enseñan que para ser curada de sus enfermedades la gente debe "declarar", sin dudar, que ya ha recibido su salud (incluso antes de haberla recibido).  Esta enseñanza crea un clima de hipocresía y engaño en la cual la gente finge tener salud cuando verdaderamente está enferma.  Si por casualidad alguna persona no se cura, se enseñará que tal persona falló debido a su falta de fe.  Curarse se vuelve otra excusa para división y para que algunos se sientan superiores a otros. 

Pero en el reino de Dios no estamos buscando cuerpos físicos perfectos (Romanos 8:23).  Entendemos que un día nuestros cuerpos físicos morirán (1 Corintios 6:13).  Por eso, estamos buscando los nuevos cuerpos espirituales que recibiremos después de que se nos mueran los físicos (1 Corintios 15:50-53).

3.  Rituales Religiosos

La mayoría de las religiones enseña a la gente a hacer algunas acciones religiosas especiales que supuestamente la hará más espiritual.  Hay diferentes nombres para estas acciones.  Las iglesias las llaman "sacramentos" y los judíos las llamaban "sacrificios".  Pero Jesús dijo que Dios no estaba interesado en sacrificios (o sacramentos) (Hebreos 10:5-6).  Lo que Dios busca es amor (Marcos 12:33).

La mayoría de las religiones enseña a la gente a decir palabras mágicas que supuestamente le darán fuerza espiritual (Mateo 6:7).  Las iglesias a menudo escriben palabras que se deben usar cuando uno se comunica con Dios.  También enseñan que si no nos dirigimos a Dios con la pronunciación correcta de su nombre, Dios no nos escuchará.  Pero las palabras que usamos cuando oramos no son tan importantes.  No es que llamaremos al 'número equivocado' al no decir las palabras correctas.  Dios oye la lengua de nuestro espíritu (Romanos 8:26).  Si nuestro espíritu está mal, las palabras especiales no nos ayudarán; si nuestro espíritu está bien, las palabras especiales no hacen falta.

Muchas religiones enseñan a la gente a cortarse el cuerpo de alguna manera para hacerla superior a otra.  La Biblia dice que esto no es lo que Dios busca.  Él sólo quiere que confiemos en él (Romanos 3:28-30).

Muchos cristianos han tratado de crear nuevos sacramentos para reemplazar a los sacramentos judíos que dejaron de hacer los seguidores de Jesús.

Jesús dijo que debíamos ser bautizados con el Espíritu Santo, pero algunos cristianos primitivos quisieron bautizar a la gente con agua, de la misma manera que hacían los judíos (Lucas 3:16).  Pablo también empezó a hacer esto, pensando que había algún poder mágico en el ritual de bautizar con agua.  Pero pronto se dio cuenta que tal acción religiosa también causaba divisiones.  Dios le mostró que Jesús no mandaba a la gente a bautizar con agua sino a compartir su mensaje de amor (1 Corintios 1:17). (Para más información sobre este tema, lee el artículo Bautismo de Agua)

Las acciones que Dios busca no son acciones religiosas especiales (por ej. rituales y sacramentos); lo que busca es amor a Dios y al prójimo, expresado a través de la obediencia a su hijo Jesús (Hebreos 10:7, 1 Samuel 15:22).

4.  Días Santos y Reuniones

Casi todas las religiones tienen días santos y reuniones especiales.  Tienen estas reuniones porque creen que esto es lo que le gusta a Dios (Hebreos 10:11).  El problema es que las reuniones o días santos solo suceden por tiempo limitado.  Cuando se acaba la reunión, la gente vuelve a vivir tal como vivía antes.  Para cuando llega la próxima reunión, tienden a repetir el mismo formato de siempre y predicar el mismo mensaje, ya que ha pasado tanto tiempo desde la última reunión.

Los seguidores de Jesús vivían con él siete días a la semana (Lucas 8:1).  La Biblia dice que ellos "mostraron" que el reino de Dios había cambiado su manera de vivir por completo.  Los primeros cristianos vivieron juntos también... siete días a la semana (Hechos 2:44-47).  Usaron cada día para hacer el bien, no aislados de la sociedad, sino interactuando con ella (Hechos 5:42).  La Biblia dice que no debemos dejar de congregarnos todos los días, lo que ha sucedido hoy en día (Hebreos 10:25; Hebreos 3:13). 

La mayoría de las religiones no alimentan físicamente a sus creyentes.  Les enseñan a trabajar por el dinero seis días a la semana y a darle a Dios un solo día.  Jesús dijo que deberíamos dejar de trabajar por el dinero para trabajar para Dios todos los días (Juan 6:27; Mateo 6:24-33).  Cuando trabajamos para Dios no necesitamos días de reposos especiales, ni tampoco días santos, porque toda nuestra vida es santa y llena del reposo de Dios (Mateo 11:28-30).  Jesús trabajó todos los días de la semana, y dijo que Dios hacía igual (Juan 5:16-17). Todos los días son santos para nosotros, y podemos descansar físicamente cualquier día que estemos cansados.  El día de reposo que Dios nos ha dado es "hoy", y entramos en ese día por medio de vivir una vida de obediencia a Jesús (Hebreos 4:3-11).

Esta enseñanza de que Dios alimentará a los que trabajan para Él es una que ningún otro líder religioso ha tenido la fe de enseñar.  Esta enseñanza, también, diferencia a las enseñanzas de Jesús de todas las demás.

5. Jerarquías y Organizaciones

Las religiones hablan sobre los líderes y las reglas de la organización.  Las reglas separan a la gente de un grupo y otro.  Por eso, las religiones diferentes luchan entre sí y comienzan guerras.

Jesús dijo que el reino de Dios es invisible (Lucas 17:20-21).  Ser miembro de un grupo (o no ser miembro) no es importante para los que son parte del reino de Dios.  Te juntas al reino de Dios por medio de tener fe en Dios, amor por los demás, hambre por la verdad y humildad.  Esas cosas no dependen de estar en una organización específica.

Hemos visto que a menudo las personas religiosas están más interesadas en conocer el nombre de nuestro grupo, el nombre de nuestro líder, y cuáles de nuestras reglas son diferentes a las suyas, porque lo que verdaderamente quieren es una razón por la que decir que nosotros estamos equivocados y que ellas tienen la razón.

 
En el reino de Dios, los líderes guían a los demás por medio de su ejemplo y servicio (1 Pedro 5:1-4; Lucas 22:25-27). (Ver también "Líderes Cristianos")

Casi todas las religiones tienen nombres especiales para sus líderes.  Los nombres hacen que los líderes se sientan orgullosos y superiores a los demás.  Jesús dijo que no deberíamos usar nombres especiales para los líderes (Padre, Señor, Reverendo, etc.) porque todos somos hermanos y hermanas en la familia de Dios (Mateo 23:2-12).

6.  Estudios sobre Dios (Teología)

Las religiones tienen mucho que decir sobre Dios.  Dicen saber lo que Dios puede o no puede hacer.  Tratan de llegar a Dios por medio de su conocimiento intelectual.  Pero en el reino de Dios, lo más importante es buscar lo que Dios quiere que nosotros hagamos para luego hacerlo.  Nadie salvo Jesús conoce todo sobre Dios (Juan 1:18).  Todo lo que Dios quiere que hagamos es escuchar, creer y obedecer a su Hijo (Juan 6:29).

Las personas religiosas a menudo preguntan sobre cosas que no cambian nuestra manera de vivir.  Quieren saber si hay un Dios o tres dioses, qué nos pasará después de la muerte, qué creemos sobre los ángeles y demonios, cuál es el nombre de Dios, cómo se pronuncia el nombre de Jesús en hebreo, qué día descansamos, qué creemos sobre Jesús siendo hombre y Dios a la misma vez, y muchas otras cosas que no afectan nuestras vidas diarias.  Si les damos la respuesta "equivocada" a cualquiera de sus preguntas, la usarán para decir que nosotros somos malos y ellas buenas.  Pero Jesús dijo que Él está buscando gente que lo obedezca (Lucas 6:46).  No somos salvos por medio de un entendimiento correcto de teología, sino por una relación personal basado en escuchar y obedecer la voz de Dios (Hechos 10:34-35).

Hay otros puntos por los cuales el reino de Dios es diferente a las religiones del mundo, pero estos seis son buenos para comenzar a entender por qué Jesús y su reino son tan especiales.

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