Muchas personas quieren el privilegio y recompensa que viene con liderar en el sistema. Pero, como hemos aprendido que el liderazgo en El Reino de los Cielos no es todo encanto y gloria, hay muy pocas personas en nuestra comunidad que han estado dispuestas a asumir las responsabilidades de líder. Y aquellos que han accedido en asumir el liderazgo, a menudo sueltan su carga cuando se torna un poco difícil.

Dios es asombrosamente tolerante y sorprendentemente duro al mismo tiempo. A veces nos arroja las pruebas y nos deja para solucionarlas, a pesar de todos nuestros gritos y aullidos sobre que es demasiado para soportar. A menudo viene en nuestro auxilio también; pero en general, el deja que la lluvia caiga sobre los justos y los injustos (Mateo 5:45), y se especializa en darnos la gracia para soportar.

Con ese pensamiento en mente, no deberíamos sentirnos culpables cuando es necesario reprender a alguien dentro de la comunidad que no hace lo que debería estar haciendo. En el peor de los casos, puede ser hecho en forma demasiado dura, sin embargo, aun si eso fuera cierto, Dios lo permite porque Él piensa que deberías ser capaz de recibirlo. Pero también está la posibilidad de que Él realmente quiera que hagas frente a las críticas, para que puedas cambiar.

Considera al siervo que enterró su talento. Nota que su razón para hacerlo fue porque su jefe era cascarrabias. Él dijo “porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo” (Lucas 19:21) ¿No es eso lo que están haciendo algunos de ustedes, es decir “enterrando sus talentos” porque saben que somos severos? Pero, ¿qué sucede con el siervo que entierra su talento? ¿No es echado afuera, a las tinieblas, donde hay lloro y crujir de dientes? (Mateo 25:30) ¡Qué final terrible para un “siervo”! Parece justo para los “enemigos”, pero pensarías que un siervo pudiera recibir un poco más de misericordia.

Algunos de ustedes se han dicho a sí mismos que sólo tomarían los mínimos riesgos para entrar al Cielo (en vez de ir por algo más grande asumiendo mayores responsabilidades). Podrías llegar a tener un rudo despertar. “Enterrar los talentos” en esta forma podría ser comparado con ser “tibio”, algo que Jesús odia incluso más que a la rebelión (Apocalipsis 3:16).

No es que las personas deban tener un colapso mental; pero es necesario que las personas crezcan y empiecen a tomar las correcciones como adultos en vez de como niños llorones, para que podamos tener el trabajo hecho. Cuando se lidera, es muy frustrante tener un montón de tropas que necesitan todas etiquetas especiales en sus archivos, diciendo cosas como “No es confiable en ciertas situaciones”, “Propenso a berrinches cuando se insiste que cumple algo”, “Toma con pinzas lo que te diga”, etc.

Ciertamente todos necesitamos hacer lo mejor que podemos con los demás tal como somos, y hacer el esfuerzo de mostrar aprecio al otro por los esfuerzos que está haciendo; pero piensa en todo lo que podríamos lograr si todos abrazáramos el crecimiento espiritual y de hecho lo buscáramos activamente... cualquiera sea el costo.

Jugar ajedrez, correr y crecer espiritualmente tienen todo que ver con medir rendimientos y esforzarse por mejorar. Algunas personas odian tomar responsabilidades porque odian ser “medidos” en su rendimiento. En vez, preferirían no hacer nada con sus vidas. Así que se pierden de las recompensas que vienen de tener éxito.

Nada arriesgado, nada ganado... ¡Y quizás hasta una gran pérdida!


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