¿Recuerdas cómo la profecía de las 70 semanas culmina? Decía que el Mesías sería quitado después de 69 semanas (año 30 D.C.), pero luego "Él confirmará el pacto con muchos durante una semana. A la mitad de la semana, Él hará que el sacrificio y la oblación cesen. Y por la proliferación de abominaciones, Él lo hará desolado, incluso hasta el tiempo de la consumación, y eso que fue determinado, será vertido sobre el desolado". (Daniel 9:27)

Hay unas extrañas pero importantes palabras en la profecía por ejemplo, "pacto", "abominación", "desolación". Vale la pena tratar de entenderlas.
Hemos dicho que hay dos "él" aquí. Uno es el Cordero de Dios, que confirma el nuevo pacto con aquellos que han elegido seguirlo; el otro es el Anticristo, que pacta con los judíos para que reanuden los sacrificios de animales en el Templo de Jerusalén. Ambas cosas ocurren al mismo tiempo y se supone que  cubren un período de siete años.

Sin embargo, el falso “príncipe” rompe el acuerdo a "la mitad de la semana". De aquí tomamos el período de tres años y medio que es mencionado repetidamente en el Apocalipsis. Durante los primeros tres años y medio, todo parece resultar muy bien: el Templo es construido, los sacrificios comienzan, abunda la tolerancia religiosa. Pero, de repente, los sacrificios cesarán. Sabemos por adelantado que el "príncipe" que hizo el acuerdo estará detrás de este cambio. Él será el responsable de que los sacrificios terminen.

Daniel dice: "Por la proliferación de abominaciones, Él lo hará desolado".

Las palabras usadas aquí fueron repetidas por Jesús en una seria advertencia sobre los eventos justo antes de su regreso. Él dijo: "Cuando vean la Desolación de la Abominación, de la que habló el profeta Daniel, en el lugar sagrado (quien quiera que lea esto que lo entienda), entonces dejen que los que estén en Judea escapen hacia las montañas. No dejen a aquel que se encuentre en la azotea de su casa bajar para recoger sus cosas, tampoco dejen a aquel que se encuentre en el campo regresar para buscar sus ropas. ¡Y ay de aquellas que tengan niños y amamanten en aquellos días! Recen para que su huida no caiga en invierno ni en día Sabático. Porque en aquel entonces habrá una Gran Tribulación como nunca ha habido desde el comienzo del mundo y como nunca jamás habrá. Y si esos días no fueran acortados, nadie sobreviviría. Pero por el bien de los elegidos, esos días serán acortados". (Mateo 24:15-22)

Cuando veamos la "Abominación de la Desolación", de la que habló Daniel, en el "lugar sagrado" (el Templo), la Gran Tribulación comenzará. Este es el signo que Jesús mismo nos dijo que busquemos.

Hay muchas teorías sobre la "Abominación de la Desolación". Una cosa que sí sabemos es que los sacrificios en el Templo cesarán cuando ésta comience. Otras profecías indican que el Anticristo se mudará o pondrá una imagen de sí mismo (o ambos) dentro del Templo, como paso previo a la firma de un decreto posterior que obligará al mundo entero a adorarlo.

Daniel concluye: "Él lo hará desolado incluso hasta el tiempo de la consumación, y eso que fue determinado, será vertido sobre el desolado". (Daniel 9:27)

Jesús usa la palabra "desolado" en una profecía sobre Jerusalén antes de ser crucificado. Él dice: "He aquí, tu casa es dejada desolada. Por lo que les digo, no me verán de aquí en adelante hasta que digan: 'Bendito es aquel que viene en el Nombre del Señor'". (Mateo 23:38-39)

La desolación comenzó cuando los judíos rechazaron a Cristo. Pero el Anticristo hará al Templo judío aún más desolado al profanarlo de una manera escandalosa. Esto hará que los rituales de sacrificios judíos cesen.

La profecía dice que el Templo quedará desolado (sin sacrificios) hasta "el tiempo de la consumación, y eso que fue determinado será vertido sobre el desolado". La palabra "consumación" es usada en la Biblia para referir a una destrucción completa y sin escapatoria. (Isaías 10:16-19, 23) La palabra "determinado" también ha sido utilizada en relación a las 70 semanas que fueron "determinadas" para la gente de Daniel.

Las palabras finales dicen que esta "consumación" que ya ha sido "determinada" será "vertida sobre el desolado". En el Apocalipsis, hay un período corto, luego de la Gran Tribulación, cuando la Ira de Dios (representada por copas) es "vertida sobre la Tierra". Para cuando esto ocurra, todo el pueblo de Dios será arrebatado de la Tierra y el planeta quedará espiritualmente desolado.

Entonces, recapitulemos en palabras sencillas lo que esta profecía está diciendo, más probablemente.  Siguiendo las palabras escritas en Daniel 9:27, concluimos que: El Anticristo hará un acuerdo con los judíos habilitándoles hacer sacrificios durante los últimos siete años de la historia de la Tierra. Sin embargo, tres años y medio antes que Cristo regrese, el Anticristo hará que los sacrificios cesen. Y a causa de las escandalosas y blasfemas cosas que él hará, el Templo quedará desprovisto de cualquier cualidad positiva; hasta que Dios, finalmente, verterá su Ira sobre un mundo absolutamente malvado.


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