El siguiente artículo ofrece consejo a los que son llamados a resolver un conflicto entre otras personas, especialmente en una reunión de resolución. Es bastante detallado, y quizás haya partes que no serán entendidas por personas que no han experimentado la responsabilidad de resolver un conflicto entre otras personas.
1 . El Diablo Odia Reuniones de Resolución
¿Qué es lo que odian los que se deslizan de la voluntad de Dios, más que cualquier otra cosa? ¡Las reuniones de resolución! (ver Desacuerdos y Deslizarse) El diablo las odia tanto como ellos, y tratará con cualquier cantidad de trucos para que nos deshagamos de la práctica de resolver los desacuerdos. Es verdad que a veces tales reuniones pueden ser exageradas, pero al final, la gente debe tener la libertad de tratar de resolver sus quejas casi en cualquier momento que lo deseen hacer. Si alguien está tratando de causar conflictos por medio de presentar quejas por causas insignificantes, entonces quizás se necesite presentar una queja en contra esa persona y disciplinarla... si eso es realmente lo que está sucediendo. Pero ten cuidado de no estar disciplinando a alguien sólo porque no querías ser molestado escuchándola.
En una reunión de resolución necesitamos centrarnos tanto en lo específico y en las generalidades de las quejas. En cuanto a lo específico, lo que estamos buscando es la evidencia concreta y los ejemplos de casos específicos de que la queja es acertada. Con las generalidades, nos enfocamos en el espíritu general de las personas involucradas.
Los consejeros deben hacerse preguntas sobre (a) qué evidencia real ha sido producido que apoya las quejas presentadas en contra de varias personas, y (b) cuál ha sido el espíritu general de las personas involucradas en el conflicto, basándonos en lo que hemos observado personalmente durante la reunión. A menos que algo arrastrado del pasado lejano sea muy específico, y evidencia muy clara y pertinente a las quejas mencionadas, por lo general es mejor quedarse lo más cerca posible al presente, por medio de examinar el espíritu de la gente en la reunión de resolución misma, así como examinar las pruebas específicas más cerca al presente.
Los malentendidos ocurren todo el tiempo. Sin embargo, cuando la gente está "fuera del espíritu", se aferran a los malentendidos y crean montañas de ellos. Cometer un error no es un pecado, pero negarse a admitir los errores cuando se los señalan lo es. Lamentablemente, a la persona que está "fuera del espíritu" le resulta muy difícil tomar responsabilidad por cualquier falta. Cuando haya un malentendido, una simple disculpa de parte de la persona equivocada, y una simple aceptación por la otra parte, debería resolver el conflicto.
2. No Temas Tomar Un Juicio.
Alguien mencionó una muy buena cita anónima: "¿Cómo pueden ustedes decir que van a gobernar a las naciones un día si no pueden resolver sus propios problemas internos?" Eso es prácticamente lo que dijo el apóstol Pablo en 1 Corintios 6:2. Los problemas no se resuelven con barrerlos bajo la alfombra. Se deben confrontar y hacer un esfuerzo en resolverlos, incluyendo tomar un juicio sobre quién tiene la razón y quién está equivocado en un conflicto.
La única manera de aprender a ser líderes es hacer frente a los problemas abrumadores, deprimentes, y muy complicados que se pueden presentar en una reunión de resolución seria llena de quejas. Nuestra tendencia natural hacia el liderazgo "perezoso e injusto" es el de barrer los problemas a un lado por ser demasiado difíciles de resolver. Cuando hacemos eso, por lo general, lo justificamos con clichés superficiales como, "aceptemos que tenemos diferencias de opinión", "Ambos están igualmente equivocados", "¿por qué no nos olvidamos de todo esto?", o " Bueno, sí, está equivocado, pero nadie es perfecto".
Puede haber momentos en cual tales frases son apropiadas, pero tenemos que tener en claro cuáles son las circunstancias antes de prescribir algo que quizás no sea lo correcto para esa situación. Nueve de cada diez veces, "aceptemos que tenemos diferencias de opinión" sólo significa que la persona que lo dice no quiere hacer el esfuerzo requerido para resolver el conflicto. Es la misma enseñanza vieja de la falsa gracia, donde confundimos la indiferencia por el amor.
3. Doloroso vs Odio
Es tentador decir que cosas lastimosas fueron dichas por ambas partes, o de alguna manera tratar de cancelar un mal cometido por una persona con un mal cometido por la otra, para que no tengamos que lidiar con cualquiera de las dos. Pero una mirada más enfocada, a menudo demuestra que una de las personas está actuando basado en el odio (es decir, diciendo cosas injustas, exageradas o lastimosas), mientras que la otra persona sólo ha presentado críticas (las cuales pueden ser dolorosas, pero que no deben ser igualadas a declaraciones lastimosas). Decir que ambas partes son igualmente culpables, es por lo general sólo una excusa, y no resuelve nada. Así que cuando comienzas a sentirte así, pregúntate si puedes ser culpable de tratar de escapar de la difícil tarea de resolver los problemas uno por uno.
4. El Nuevo Traje Del Emperador
Es muy problemático cuando hay gente que no piensa por sí misma y se apoya simplemente en su amigo, familiar, compañero. ¡Vamos gente! ¡Despertemos y hagamos el esfuerzo de pensar en el conflicto! Muchos son demasiado rápidos en decir cosas como: "Sí, yo también pensé que tal y tal estaba equivocado" una vez que los demás habían tomado una decisión en exponer que algo estaba mal, pero no lo mencionan antes que otras personas tomen una decisión.
Tales declaraciones vagas suenan como si se estuviera diciendo, "Oh, sí, definitivamente creo que el nuevo traje del emperador es muy hermoso. ¿No es así ?" ¿Cómo podemos mantenernos firmes en el camino si la gente sigue jugando juegos del nuevo traje del emperador*? Es decir, se ponen de acuerdo con el que está más cercano a ellos en lugar de hacer un esfuerzo personal para entender lo que realmente está pasando, y para considerar explicaciones alternativas, sin esperar a que alguien más tenga que ofrecer tales explicaciones primero.
*(NOTA: "El nuevo traje del emperador" se refiere a un cuento en el que unos hombres habían engañado al emperador quien creía que tenía ropa puesta mientras en realidad andaba desnudo. Los engañadores habían dicho que las personas que no son dignas de su oficio no pueden ver la ropa, mientras que los que sí son dignos lo pueden ver. Cómo nadie quiso arriesgar en ser visto como no dignos de su oficio, nadie se atrevió a decir la verdad sobre la desnudez del emperador, salvo un niño).
5. Pensamiento De Grupo vs Desunidad
El "pensamiento de grupo" es cuando las personas en un grupo niegan sus propias conclusiones, dudas, etc. y en vez aceptan y promueven ideas que creen que el grupo aceptará. Es decir, en vez de buscar la verdad de una situación, buscan complacer al grupo. Algunas personas piensan que la manera de evitar el pensamiento de grupo es ignorar el grupo por completo. Pero eso también está mal. La idea de traer otros testigos para ayudar a resolver el conflicto es para que, trabajando como un grupo, podamos llegar a una buena comprensión de los hechos. No sirve alejarse de los demás para pensarlo por sí mismo y llegar a sus propias conclusiones sin escuchar el otro lado del argumento. Al final, es necesario que haya algún tipo de consenso. Lo ideal sería que el consenso no sea "pensamiento de grupo", sino más bien el resultado final de todos haber estado escuchando y pensando activamente sobre todos los temas en un intento de llegar a una verdad objetiva. Eso es mucho mejor que un montón de opiniones diferentes e independientes.
6. Disculpas "No sinceras" vs Arrepentimiento
Presta mucha atención a las distintas formas en que las personas expresan una "disculpa". Una "disculpa insincera" es aquella en la que una persona dice algo como: "Lo siento que estás molesto por lo que te dije". Examina lo que está diciendo y verás que en realidad no indica un arrepentimiento por su propio comportamiento. El verdadero arrepentimiento tampoco se cuelga en una excusa por el comportamiento. Si algo está mal, está mal. Si empezamos a decir que cosas como frustración, cansancio o estar enfermo justifica a una de las personas en un malentendido, entonces debemos decir que justifica a todas las personas.
La gente rara vez toma una decisión consciente de ser mala y de tratar de practicar la maldad. Así que cuando reconocemos que el diablo nos ha engañado en trabajar para él, no es fácil de admitir. Queremos dar explicaciones a los demás de cómo el diablo nos alejó del espíritu. Incluso cuando estamos arrepentidos por nuestro comportamiento, es natural querer explicar por qué hicimos lo que hicimos. Esta explicación a menudo viene justo después de una disculpa. Sin embargo, debemos darnos cuenta que, en general, tales explicaciones debilitan la legitimidad de nuestras disculpas.
Por lo menos mientras estamos entre amigos, como los que tenemos en la comunidad, debemos darnos cuenta de que la gente no interpretará una disculpa sincera o una admisión de pecado como evidencia de que somos del diablo. Pero si tratamos de escapar demasiado de la responsabilidad de nuestras acciones, es muy probable que lo mismo vaya a suceder de nuevo en un futuro cercano.
Luego están las excusas vagas. La gente dice cosas como: "Veo algo de verdad en lo que tú y otros han dicho, y pido disculpas. Voy a trabajar en mejorar". Pero, ¿de qué exactamente estás pidiendo disculpas? Es un poco como los "iglesianos" que leen nuestros tratados y dicen, "Me has dado mucho para pensar". Lo que realmente queremos saber es qué están pensando específicamente. Pero si están tratando de pensar en maneras de escapar de las verdades incómodas que hemos planteado, entonces tratarán de ser cuanto más inciertos les sea posible, y hablar lo menos posible con la esperanza de terminar el encuentro apenas puedan.
Las personas que no pueden ser específicos con sus disculpas están diciendo, entre líneas, que han rechazado la crítica, y solo desean disculparse por los puntos que se han demostrado ineludiblemente en su contra. Con respecto a las críticas que ellos creen que no se pueden comprobar, prefieren ignorarlas y no responder. Algunos hablan de que es un asunto de conciencia el que no pueden admitir algo que no pueden ver, pero la realidad es que más a menudo es una cuestión de su orgullo y de no QUERER ver a su propio pecado.
Esto a menudo sucede cuando la gente se vuelve más interesada en ganar una discusión que en encontrar la verdad. Es como cuando un niño hace algo dañino a otro niño e ignora al niño herido mientras se justifica a sí mismo o les pide disculpas a los padres. Lo que realmente queremos ver en ese niño es una profunda preocupación por la parte perjudicada. Una persona que da disculpas insinceras puede llegar a hacer lo que se les "manda" hacer (ej., confesar algo y pedir disculpas), pero van a tantear el terreno para ver de cuán poco se pueden disculpar, y despues cerrar sus ojos a la gravedad de su pecado.
7. Privado o Público
Ahora llegamos a la pregunta sobre las quejas en general. Tuvimos una situación en cual una hermana tuvo una queja en contra de un hermano por un desacuerdo entre ese hermano y otra persona. Se puede argumentar que no es cristiano que ella se haya metido en una discusión privada entre los otros dos cristianos. Pero el error está en pensar que un problema entre dos personas es una cuestión totalmente personal y que ninguna otra persona puede comentar. Si el asunto fuese tan personal que nadie supiera nada al respecto, entonces sí, eso puede ser cierto. Pero, si fuera así, sería imposible que alguna otra persona pudiera comentar, ya que habría sido totalmente secreto.
Pero si entro en la sala de estar y alguien está lanzando platos a otra persona, tengo todo el derecho de intervenir y tomar una queja contra la persona que lo está haciendo. Y si se me pide participar como testigo en una reunión de resolución entre las dos personas, de nuevo tengo todo el derecho de opinar sobre su relación. Las dos personas tienen el derecho y la responsabilidad de ponerme al tanto de lo que estaba sucediendo entre ellos y por qué no pudieron resolver sus diferencias en privado. Cuando un desacuerdo entre dos personas en la comunidad se hace público, no se puede deshacer lo hecho. No se puede hacer "privado" lo que ya se ha hecho "público".
8. Discernir Los Espíritus
Una de las maneras más prácticas de discernir los espíritus es escuchar con mucha atención lo que dice la gente. Las pistas están en lo que dicen (ya que Jesús dijo que la boca habla lo que está en el corazón). Presta atención especialmente cuando la persona deja de usar su gramática normal y empieza a decir cosas que son deliberadamente confusas, ambiguas o tienen doble sentido.
Este es un tema lo suficientemente amplio como para toda una serie de estudios en sí mismo, ya que hay muchas maneras en que las personas revelan sus sentimientos secretos a través de lo que dicen. Sin embargo, una regla general es que, cuando alguien dice algo que no parece del todo bien o claro, pídeles que lo aclaren. Si fue un simple error, todo debe ser aclarado con bastante facilidad. Pero si tienen un diablito dentro de ellos que anhela hacerse oír, las contradicciones seguirán saliendo de su boca.
9. A Propósito o Por Ignorancia
A veces tenemos que ver una persona o una situación de dos maneras diferentes al mismo tiempo. Por ejemplo, pensar que una persona está haciendo algo malo a propósito, o pensar que lo hace sin querer. Pero por lo general, nos vemos forzados a tomar uno de esos enfoques mientras mantenemos la segunda opción como una posibilidad en nuestras mentes. Con algunas personas, se puede confiar en sus buenas intenciones (basado en su comportamiento general del pasado), al mismo tiempo reconocer la posibilidad de que puedan tener un problema de deshonestidad en este caso en particular. Con otras personas, que han demostrado ser espiritualmente agresivas, hay que desconfiar de ellas a la vez que uno se mantiene abierto a la posibilidad de que las has juzgado injustamente.
Por eso, sólo Dios puede hacer juicios absolutos. En las reuniones de resolución siempre nos enfrentamos a la posibilidad de que vamos a tomar un juicio equivocado. Podemos ser demasiado duro con alguien que es inocente. Pero no olvidemos que también somos culpables si somos demasiado ligeros con alguien que está en pecado. (Proverbios 17:15) A pesar de que no somos perfectos, todos debemos juzgar, y hemos de pedir a Dios que nos ayude a tomar juicios lo más exactos y justos posible. (Juan 7:24)