La doctrina implica que Dios no acepta a las personas individualmente, sino solamente si son miembros de una organización reconocida. Tu organización es tu "cobertura", y si no tienes cobertura supuestamente eres como una gallina con la cabeza cortada. Vas a descarrilarte solo.
Por el otro lado, de acuerdo a esta doctrina, una "cobertura" reputada te va a guardar del error. Cada nivel en la jerarquía de la organización está supuestamente cubierto por el próximo, y la sumisión total a tu líder garantizará tu salvación, sin importar si tu líder está en lo correcto o no.
Un problema surge cuando llegas a la cima de cada denominación. ¿De dónde, por ejemplo, recibieron la cobertura los que fundaron la organización o los que introdujeron esta doctrina? En general, ellos mismos salieron de otras organizaciones religiosas cuando comenzaron su movimiento (como Lutero, Calvino, Wesley, y los cristianos primitivos).
Pero, como dijo Cristo, los líderes religiosos glorifican a los profetas del pasado que tuvieron la valentía suficiente de cuestionar a las instituciones de su época, mientras persiguen a los mensajeros actuales de Dios que no tienen la aprobación oficial de los líderes religiosos.
La conclusión lógica de la doctrina de "la cobertura" lleva a una diabólica solución política ecuménica en la cual se juntan todas las denominaciones bajo una sola organización y un sólo líder mundial que termina tomando el lugar de Jesús y actúa como la cobertura suprema para todos los demás.
Esto niega el mensaje fundamental del Nuevo Testamento, que enseña que cada uno de nosotros puede conocer a Dios personalmente. El Apóstol Pablo enseñó mucho sobre vivir por fe en obediencia a Cristo, sobre seguir al Espíritu de Dios y no tener que sujetarnos a las tradiciones de los hombres (Colosenses 2:8). Por eso, es paradójico que la doctrina de "la cobertura" se predique principalmente en las iglesias pentecostales, que a la vez poner énfasis en ser guiados por el Espíritu Santo.
Parte de las buenas noticias del cristianismo es que ya no necesitamos acercarnos a Dios por medio de los hombres, sino solamente por medio de Cristo. (1 Timoteo 2:5, Hebreos 10:19-22, 1 Juan 2:27, Hechos 5:27-29). Jesucristo rompió el dominio completo de la religión por medio de ofrecer a la gente una conexión directa con Dios por medio del Espíritu Santo. Sin embargo, los que más gritan cantos de alabanzas sobre el Espíritu Santo ahora parecen ser los que más niegan la habilidad que Dios tiene para hablar directamente a los que no son parte del clero oficial de una denominación en particular.
Nosotros creemos en estar sujetos los unos a los otros y a los líderes cristianos (leer Líderes Cristianos y Vivir en Comunidad Cristiana). Pero esta falsa enseñanza de tener que esta "bajo cobertura" (por lo menos de la forma que se enseña hoy en día, que implica que nadie puede tener una válida relación con Dios fuera de una organización reconocida) es meramente una doctrina conveniente para los líderes que quieren ejercer control absoluto sobre sus seguidores, y hacerles temer cuestionar la doctrina o comportamiento de dichos líderes.
Todo tiene que ver con querer ese control absoluto. La congregación es condicionada a no cuestionar a sus líderes. De esa forma aprenden a hacer lo que se les manda. Cuando algunos como nosotros (que se consideran fuera de "la cobertura oficial") tratamos de corregir los errores, los que manejan la "cobertura" solo tienen que mandar a sus peones a ignorarnos, amenazarnos, destruir nuestra literatura o hacer de alguna otra cosa para excluirnos. Supuestamente, si el líder lo manda, debe estar en lo correcto; y si uno no le hacen caso, perderán su "cobertura" y estarán en peligro espiritual. No creen que Cristo está presente en cualquier lugar donde dos o tres estén juntos para hacer Su voluntad, sin necesidad de aprobación oficial de parte de una denominación reconocida (Mateo 18:20).
La Biblia advierte sobre "falsos cristos" y "anticristos" en los últimos días. La palabra "cristo" significa "ungido de Dios". Estas falsas autoridades compuestas por líderes que se creen "ungidos" se han opuesto al verdadero Cristo de los evangelios, y se han hecho como dioses en la iglesia. La doctrina de "la cobertura" niega la autoridad del Padre, el sacerdocio del Hijo, y la presencia del Espíritu Santo en el corazón de cada creyente. Debemos cuestionarlo (Mateo 23:37-39).