Nota:  El siguiente artículo es un estudio bíblico bastante detallado.  Es importante que leas las citas bíblicas que hemos dado sobre el tema.  Puedes hacer esto por medio de hacer clic en las citas bíblicas, y se te abrirá una ventana con los versos citados. 

Los Católicos, Evangélicos, Pentecostales, Anglicanos, Testigos de Jehová, Niños de Dios, Mormones - de hecho, todas las denominaciones y sectas que conocemos comparten una creencia en común: todas apoyan el mito de "hacer tiendas".

El mito de hacer tiendas dice que el plan de Dios es que todos trabajen por el dinero, ya que es lo que el Apóstol Pablo hizo durante su vida entera.  Esta doctrina es enseñada más universalmente que cualquier otra doctrina cristiana, a pesar de ser una enseñanza dudosa a luz de las escrituras.

No es importante, supuestamente, que la Biblia dice que Pedro, Andrés, Jacobo y Juan renunciaron sus oficios de pescadores cuando le siguieron a Jesús (Mateo 4:18-22) y que Mateo dejó de cobrar impuestos (Lucas 5:28), porque el mito de hacer tiendas dice que Pablo nunca dejó de hacer y vender tiendas e implica que ya que Pablo supuestamente trabajó por el dinero, entonces está bien que todos los cristianos de hoy en día trabajen por el dinero también.  Es más, el mito muchas veces implica que sería malo o imposible trabajar para Dios a tiempo completo y confiar que Dios proveerá nuestras necesidades.

Los ministros que trabajan en las iglesias a tiempo completo (pero que dependen de las donaciones de sus congregaciones y no de Dios), predican el mito de hacer tiendas para justificar a la congregación en trabajar por el sistema y ganar dinero y entonces diezmar, ofrendar, etc. para sustentar a los ministros financieramente.  Razonan que si Pablo trabajó para ganar dinero, entonces ¿por qué no pueden ellos también hacer lo mismo?

Estas personas están tomando un riesgo eterno porque dicen:
  1. que Pablo verdaderamente servía a Jesús solamente en el tiempo que le sobraba después de trabajar por el dinero;
  2. que Dios aprobó a Pablo con este estilo de vida;
  3. que tal aprobación constituye una aprobación universal para cualquiera que quisiera hacer lo mismo, ¡aun si tal estilo de vida contradice las enseñanzas de Jesús y las enseñanzas de Pablo!

El problema es que las iglesias de hoy en día no están fundadas en las enseñanzas de Jesús.  Aunque todas dicen estar basadas en la Biblia, cuando uno lo investiga es evidente que usan versículos fuera de contexto para apoyar lo que quieren.  La pregunta central del mito de hacer tiendas es: ¿Es Pablo el fundamento de la fe cristiana?  Una vez que aceptamos a Jesús como el fundador del cristianismo y solamente a Jesús, nos da una forma muy clara de interpretar lo que se encuentra en la Biblia. En vez de negar todo lo que enseñó Jesús con unos versículos obscuros sobre lo que hicieron los Apóstoles (o siquiera uno de ellos), interpretamos lo que hicieron los Apóstoles por medio de las enseñanzas de Jesús.

Jesús claramente enseñó que no podemos trabajar para Dios y el dinero a la misma vez, que teníamos que elegir el uno o el otro (Mateo 6:24).  Dijo que las aves no cosechan ni guardan en graneros pero que Dios las alimenta; y que las flores no trabajan ni hacen ropa y sin embargo Dios las viste mejor que los hombres más ricos del mundo (Mateo 6:26-29).  Jesús nos mandó a no trabajar por la comida que perece sino por la comida que dura por vida eterna (Juan 6:27); y nos dijo que si ponemos la voluntad de Dios como primera prioridad en nuestras vidas, Dios mismo nos alimentará y vestirá (Mateo 6:33).

Pablo resonó estas enseñanzas, diciendo que el que no hace de acuerdo a las palabras de Jesús, no sabe nada y está envanecido, y está tratando de usar a la religión para ganancia material (1 Timoteo 6:3-5).  Dijo que debemos estar contentos con solamente la comida y ropa, y que el que quiere enriquecerse cae en tentación, y que el amor al dinero es la raíz de todos los males. (1 Timoteo 6:8-10).  Pablo mismo confirma que Jesús mandó que el que predica el evangelio debe vivir del evangelio (1 Corintios 9:14); que un soldado no va a guerra pagando sus propios gastos, y que es justo que aquellos que alimentan al mundo espiritualmente sean alimentados físicamente (1 Corintios 9:11).  También enseñó que no debemos ser esclavos de los hombres, sino que sirvamos a Jesús (1 Corintios 7:21-23).  Y el libro de Hechos lo pone en claro que Pablo trabajó por Dios todos los días, predicando el evangelio. (Hechos 17:16-17, Hechos 19:9-10).

Pero aun si Pablo verdaderamente pasó su vida entera trabajando en hacer tiendas (y uno se pregunta cómo pudo entonces encontrar el tiempo para todos su viajes misioneros), ¿probaría que los otros discípulos estaban equivocados?  ¿Probaría que las palabras de Jesús no deben ser tomadas en serio?  Si es así, entonces tenemos que presumir que Pablo es el autor y consumador de nuestra fe, y el ejemplo mayor sobre cuál debemos fijar nuestros ojos (Hebreos 12:2).

Así que, ¿en qué se basa el mito de hacer tiendas?  Se basa en un versículo del libro de Hechos que dice que Pablo se quedó con un par de personas que estaban interesadas en su mensaje y trabajó con ellas, ya que eran del mismo oficio y hacían tiendas. (Hechos 18:1-5)

El sistema religioso de hoy en día interpreta este pasaje en tal manera que sugiere que Pablo solía trabajar todo el tiempo en hacer tiendas, y que lo hacía para ganar dinero. Pero como hemos dicho antes, interpreta la Biblia de acuerdo a lo que le conviene, en vez de interpretarla por medio de la luz de las enseñanzas de Jesús, la Piedra Angular por cual debemos juzgar todas las demás enseñanzas.

Aquí presentamos una posible interpretación de lo que pasó, buscando armonía con las enseñanzas de Jesús:  Pablo llegó a Corinto solo. (Hechos 18:1)  El solía viajar con por lo menos otro cristiano (tal cual cómo Jesús mandó a sus discípulos ir dos en dos - Lucas 10:1), pero esta vez estaba solo.  Se encontró con una pareja judía que estaba interesada en lo que Pablo predicaba (Hechos 18:2), así que se quedó con ellos y los ayudó con el oficio de ellos ya que él tenía experiencia en hacer tiendas (Hechos 18:3).  Supuestamente, los fines de semana todavía se dedicaba a predicar (Hechos 18:4).  Sin embargo, cuando Silas y Timoteo, un par de cristianos, llegaron un poco después, Pablo "estaba entregado por entero a la predicación de la palabra" (Hechos 18:5). Las diferentes traducciones no están de acuerdo si Pablo ya estaba predicando a tiempo completo cuando Timoteo y Silas llegaron, o si empezó a dedicarse a tiempo completo una vez que llegaron.  En ambos casos, lo que SÍ es claro, es que Pablo solamente ayudó a Aquila y Priscila con hacer tiendas temporariamente, y que su costumbre era de predicar el evangelio a tiempo completo.  Ese es el cuento entero sobre cual está basado el mito de hacer tiendas y es notable que el mito se basa exclusivamente en Hechos 18:3 a la exclusión de las implicaciones de Hechos 18:5

Pablo parece haber tenido más problemas con la iglesia de Corinto que con cualquier otra.  Uno de los problemas que él tuvo, fue específicamente que los corintios sospechaban que Pablo les quería sacar ventaja material.  La iglesia primitiva, en respuesta a las enseñanzas de Jesús de vender lo que tenían y dar a los pobres (Lucas 12:32-33), solían vender sus propiedades y dar el dinero directamente a los Apóstoles, quienes se encargaban de repartir los fondos entre todos los que necesitaban (Hechos 2:44-45).  Pero parece que Pablo no quería que los Corintios piensen que él les mandaba tales cosas para su propio beneficio, ni que tales rumores pongan obstáculo al evangelio, así que rehusó aceptar sus bienes materiales aun cuando él enseñó que es justo que el que haya alimentando a la gente con lo espiritual sea alimentado con lo material (1 Corintios 9:11-12).

En 2 Corintios 11:8-9 Pablo explica que mientras estaba con los Corintios, se alimentó de donaciones que había recibido de otras iglesias y de las donaciones que "los hermanos que vinieron de Macedonia" trajeron.  Es más, Pablo lo pone muy en claro que lo único que fue diferente con la iglesia de Corinto fue que Pablo no aceptó sustento de ella y dice, "¡perdonadme este agravio!" (2 Corintios 12:13).  Pablo aun confiesa que ya que sospechaba que los Corintios iban a acusarlo de querer sacar lucro de ellos, los atrapó, como si fuera por engaño, por medio de rehusar cualquier cosa material de la iglesia de los Corintios (2 Corintios 12:14-16).

El mito de hacer tiendas está basado en un deseo de encontrar un escape a las enseñanzas de Jesús en cuanto al vivir por fe.  Ya que los que apoyan tal mito no pueden imaginarse jamás trabajando para Dios a tiempo completo, cada vez que la Biblia menciona "trabajar", los promotores del mito insertan "por el dinero" o "haciendo tiendas" a las citas.  Por ejemplo, en 1 Tesalonicenses 2:9 Pablo dice que trabajó noche y día predicándo el evangelio a los tesalonicenses, para no ser gravoso a ninguno de ellos.  Los proponentes del mito de hacer tiendas lo interpretan así: "trabajé vendiendo tiendas durante el día para que no tuviera que cobrar entradas a mis predicaciones por las noches." Luego, cuando Pablo les escribe otra vez (2 Tesalonicenses 3:7-12) diciendo que los perezosos que no quieran trabajar para Dios tampoco coman en sus comunas, los hace-tiendas lo cambian a: "no dejes entrar a tus reuniones a cualquiera que no esté pasando su tiempo ganando dinero y trabajando en el sistema".

Nota: Algunas traducciones modernas incluyen frases como "ni comimos pan sin pagarlo", insinuando que Pablo tenía que comprar su pan de los demás cristianos que no le darían de comer gratis, pero Pablo solamente quiere decir que él no era perezoso y merecía su pan tanto como los demás.  La razón por cual el sistema religioso inserta tales interpretaciones al texto, es que la mayoría de las iglesias ya no viven juntos, compartiendo todo de la manera que vivían los cristianos en ese entonces (Hechos 4:32-35).  No pueden imaginar una situación en cual todos en una comuna están trabajando por amor, viviendo por fe, y siendo proveídos por Dios; así que su prejuicio cultural es reflejado en su traducción de estos versículos.

Cuando alguien como nosotros trata de corregir el error del mito, los promotores del mito a menudo nos condenan por tratar de "trabajar por nuestro lugar en el cielo" y supuestamente no confiar en la gracia de Dios.  Por supuesto, tal argumento cae en pedazos cuando se entiende que la fe sin obras no es fe (Santiago 2:19).  De hecho, la obediencia a las enseñanzas de Jesús nos hace depender aun MÁS (no menos) de la gracia de Dios, y nos acerca a Él y Él a nosotros (Juan 14:23). 

A veces toman la estrategia de halagarnos por decir que reconocen que nosotros vivimos por fe y que es porque nosotros tenemos una fe súper-humana para poder estar haciendo lo que hacemos, y que lo que hacemos está perfectamente bien, mientras tanto que no digamos que los demás tengan que hacer lo mismo.  No les importa que Jesús nos ha mandado a hacer discípulos y enseñarles a obedecer todo lo que Jesús ha enseñado (Mateo 28:19-20).

Aunque es probable que algunos misioneros y otras personas dentro del sistema religioso están verdaderamente viviendo por fe sin preocuparse de que los demás hagan lo mismo, hemos visto que se pone mucha presión a tales personas en el ministerio a justificar el "hacer tiendas" en los demás. Se les amenaza (a veces en formas muy sutiles) con cortar su apoyo material si critican a los hacedores de tiendas, ya que ponen el argumento que los hacedores de tiendas son los que pagan el salario de estos ministerios de "fe", y no Dios.

Es por eso que a veces nos volvemos sospechosos de tales ministerios de fe.  ¿Están verdaderamente viviendo por fe en un Dios que puede proveer sus necesidades sin tener que justificar el materialismo en los demás?  Si es así, entonces deberían predicar la verdad sin temor a las consecuencias.  Pero si su fe está puesta en los donantes, entonces siempre van a justificar el materialismo de sus soportadores, ya que pensarán que tienen que hacerlo para que les siga llegando su sustento.

Es lindo que te den un elogio, y apreciamos palabras alentadoras tal como cualquier otra persona.  Sin embargo, los elogios que sugieren que las enseñanzas que Jesús ha dado como requisitos fundamentales para sus seguidores (ej. Lucas 14:33) son imposibles de seguir para la mayoría de la raza humana, deben ser reconocidos como insultos blasfemos a Dios.  Dios no te ha pedido hacer nada que no puedas hacer.  Ni ha maldecido a algunas personas con una falta de fe para obedecerle.  Dios proveyó a las enseñanzas de Jesús para mostrarnos cómo tener comunión con Él y vivir de la gracia de Dios.  Las enseñanzas de Jesús son un gran tesoro por la cual alguien va y con GOZO vende todo lo que tiene para obtenerlo. (Mateo 13:44-46)  Los que ven a las enseñanzas de Jesús como una disciplina difícil de soportar, todavía no han apreciado la gracia de Dios. (1 Juan 5:1-5)

Jesús dijo que si tienes una fe tan pequeña como la de una semilla de mostaza podrías "mover montañas" con ella. (Mateo 17:20)  Tener un poco de fe es como estar un poco embarazada; lo tienes o no lo tienes.  Y si ni te interesa obedecer a Jesús, no es porque no puedes; es porque no quieres.

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