Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles: Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a tomar el último lugar. Más cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Tomar el último lugar, se aplica a muchas cosas más que el lugar donde te sientas en una reunión social. De hecho, el principio es muy similar a lo que Jesús estaba comunicando cuando nos amonestó a "llevar nuestra cruz" diariamente. (Lucas 9:23) En el contexto de liderazgo, significa no ser egoísta con los recursos que están disponibles, y no buscar glorificarse a uno mismo o intentar aparentar mejor de lo que eres.
Tomar el último lugar puede tomar muchas otras formas también. Puede significar que dejes que alguien más hable primero, o dejar que ellos tomen la mejor o más grande porción de comida. Puede significar tomar el peor lugar para evangelizar (o ir a un lugar donde no te vaya bien) aunque te haga ver mal si alcanzas a menos personas que los demás. Puede significar hacer más que tu parte justa del trabajo sin quejarte y sin recibir las gracias.
Así que, para verdaderamente ocupar el último lugar, se necesita renunciar mucho. Pero tomar el último lugar no significa que deberías ser pasivo en guiar y corregir a los demás espiritualmente. Tomar el último lugar es muy similar a volverse un siervo; pero no te olvides que los siervos todavía tienen responsabilidades. Deberíamos ser siervos los unos de los otros; y también siervos de Dios. Tenemos una responsabilidad de amar y enseñar a nuestros hermanos y hermanas en la fe. Esto puede significar corregir o amonestar a alguien cuando está equivocado.
Una gran parte de tomar el último lugar es ser consciente de las necesidades de los demás a tu alrededor. A veces las personas toman el 'primer lugar' sin darse cuenta, simplemente porque no eran conscientes o no estaban prestando atención a las necesidades de alguien que requería o merecía más atención que ellos mismos.
Como Jesús dijo a sus discípulos (Lucas 22:25), el Reino de Dios no es como los reinos del hombre. En los reinos temporales el líder se sienta en un trono y lleva una corona para representar su autoridad. Aunque los líderes en el reino de Dios son (y deben ser) respetados, su autoridad viene de la humildad y el servicio fiel. (1 Tesalonicenses 5:12-13) Cuanto más aprendamos a poner las necesidades de los demás encima de las nuestras, más creceremos espiritualmente en el reino de los cielos.
Puedes practicar esto en muchas maneras grandes y pequeñas. Puede significar hablar en voz baja cuando notas que alguien se está concentrando, o dar tu abrigo a alguien si piensas que tiene frío. Puede significar que trabajes un poco más en los toques finales de una tarea para que sea más fácil para la siguiente persona. Puede incluir llevar y ordenar la ropa de los demás, y no solo tu propia ropa.
El Apóstol Pablo dijo, "lleva tu propia carga" (Gálatas 6:5), pero también dijo, "Sobrellevad los unos las cargas de los otros." (Gálatas 6:2) Tomar el último lugar significa aprender a cuidar tus propias necesidades, para poder después aprender cómo ayudar con las necesidades de los demás también. Significa estar dispuesto a menguar para que otros puedan aumentar. Jesús dijo "si pierdes tu vida por causa de mí, la ganarás", y tomar el último lugar es una manera en que podemos perder nuestras vidas por Él.
Parte de tomar nuestra cruz es tomar el último lugar. Recuerda que cuando tomas el último lugar, Dios lo ve, y te premia. ¡Cuán mejor será ser invitado por él a tomar un lugar mejor, que sufrir vergüenza por haber sido egoísta y orgulloso, y por haberse tomado un lugar que no le correspondía!