Ahora llegamos a lo que es probablemente la profecía más notable e irrefutable del Nuevo Testamento. No hay fecha fijada para esta profecía, pero es irrefutable porque está prácticamente libre de doble sentido o símbolos confusos, y es notable, porque describe con precisión acontecimientos revolucionarios del banco mundial que están siendo planeados y ejecutadas en estos momentos.   

La primera mitad del capítulo trece del Apocalipsis habla de la bestia (o Anticristo) y un falso profeta, y la segunda mitad del capítulo explica cómo van a ser capaces de controlar al mundo a través de un nuevo orden económico del sistema.

La profecía dice:

  • Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca: el nombre de la bestia o el número de su nombre. (Apocalipsis 13:16-17)

Los bancos del mundo están trabajando para acercarse hacia un sistema monetario que se basa en un pequeño microchip del tamaño de un grano de arroz. El chip puede ser colocado debajo de la piel en el dorso de la mano y entonces menear la mano en frente de un escáner, así como se mueve cualquier producto en el supermercado ahora. Será capaz de grabar cada compra que haces, automáticamente transfiriendo fondos desde una cuenta a otra, de tal forma que prácticamente puede hacer innecesario el efectivo.

El microchip también puede ser programado para hacer tu paradero localizable. La tecnología para hacer todo esto ha estado disponible desde un tiempo. En la actualidad se está experimentando con celulares. Pero podría fácilmente ser implantados en la mano. El único problema ha sido la reticencia que algunos miembros del público han demostrado a tal invasión de su privacidad.

Primero, el público necesita acostumbrarse a hacer compras sin que el efectivo cambie de manos. Tienen que aprender a aceptar que grandes computadoras impersonales conozcan sus costumbres de compras. Y es necesario que se familiaricen con los escáneres y métodos de etiquetar productos, para que un día se pueda marcar a cada persona en la tierra.

En los últimos años hemos visto el mundo occidental experimentar con las tarjetas de crédito, tarjetas de identidad, tarjetas telefónicas, tarjetas para transporte, etc. Los códigos universales de productos están prácticamente encima de todo lo que compramos.

La escena está ahora preparada para los implantes de microchips. Por ahora, el énfasis está en la identificación y el seguimiento. Es costumbre en varios países que inyectan a perros y gatos ya con un microchip para hacer un seguimiento si se pierden. Los políticos y empresarios en Italia y en México han aceptado chips con el mismo propósito, en caso de que sean secuestrados. Los padres en varios países están alentando el uso de implantes en sus hijos en caso de que los niños se pierdan o sean secuestrados.

Los implantes de microchips y una sociedad sin dinero en efectivo va a mejorar la vida de muchas maneras. Podemos tener una moneda universal. Habrá mayor control sobre el tráfico de drogas (que opera con el efectivo). Los robos de todo tipo (salvo los delitos informáticos) se reducirán drásticamente. No sólo no habrá dinero para robar, pero pronto no habrá tarjetas de crédito tampoco. La gente nunca tendrá que preocuparse de perder su tarjeta, porque estará allí mismo en su mano. Los amputados serán capaces de tener el implante colocado en la frente.

La tecnología informática será capaz de utilizar la información de los implantes para preparar los informes del censo, conducir elecciones, y localizar a los delincuentes, inmigrantes ilegales, y los que hacen trampas con la seguridad social. Las posibilidades son casi infinitas. Con todo, la implantación de un microchip en cada miembro del público hará que el mundo sea mucho más eficiente de lo que es en este momento.

Pero el problema para cualquiera que tome en serio la profecía bíblica, es que, junto con la predicción de que esto va a pasar ha llegado un aviso muy serio:

  • "Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre." (Apocalipsis 14:9-11)


Sabemos de esta profecía que la hora viene, por un período de por lo menos tres años y medio, cuando todo el mundo necesitará la marca para comprar o vender cualquier cosa. Entendemos que los cristianos no serán llevados al cielo antes que esto suceda (lee "La Iglesia Pasará por la Gran Tribulación").  También es claro que van a ser el objeto de la ira de Dios si toman la marca. Entonces, ¿cómo van a sobrevivir?  Sólo hay dos opciones: o se darán por vencidos y tomarán la marca o vivirán por fe. Lo más probable es que se darán por vencidos.

En el Sermón del Monte, Jesús exhortó a sus seguidores a considerar a las aves y las flores, teniendo en cuenta que no tienen empleo o cuentas de banco, y sin embargo, Dios se hace cargo de ellas. Dijo que Dios se haría cargo de nosotros también, si sólo trabajaríamos por su reino. (Mateo 6:19-34)

Jesús enseñó que debemos dejar de trabajar por la comida (Juan 6:27) y empezar a trabajar para Dios. Dijo que cuando pasamos nuestro tiempo trabajando para (es decir, ser un siervo de) el dinero, mostramos nuestro desprecio a Dios. (Lucas 16:13) Él llamó que sus seguidores abandonaran sus redes de pesca (Mateo 4:18-22), que saldrían de sus puestos de trabajo con el gobierno (Lucas 5:27-28), y que renunciaran todo lo que tuvieran para convertirse en sus verdaderos discípulos. (Lucas 12:31-33; Lucas 14:33) Hasta la fecha, muy pocas personas han tomado alguna de estas enseñanzas en serio.

Pero ahora, a medida que avanzamos más y más a la aplicación efectiva de la marca, los cristianos que en el pasado se excusaron de vivir por fe van a ser forzados a salir de su indiferencia. O bien tendrán que vender su alma al Anticristo, mediante la adopción de la marca, o finalmente tendrán que empezar a vivir por fe, tal cómo Cristo siempre quiso que vivieran.

Esto es parte de la "amarga" verdad del Apocalipsis, y la decisión que todos tenemos que tomar.


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