El sistema ha usado a ambos, tanto a la religión como a la política, para desviar a la juventud idealista de la ideología más radical jamás creada.  

La religión ha hecho impotente a la verdad en transformla en un ritual sin significado.  Su propósito verdadero está escondido.  Unida al Estado, trata de crear "sistemitas" leales de la juventud idealista.  Nada puede ser menos revolucionario.

Las ideologías políticas de la derecha y la izquierda han tomado algunas verdades y las han convertido en plataformas desde donde pueden condenar las verdades del lado opuesto.  Los 'pecados' del statu quo pueden ser encontrados en las substituciones ofrecidas por la política.

El problema con la sociedad es esencialmente espiritual.  Por lo tanto, la solución requiere una revolución del espíritu.  Una ideología política que no logra cambiar la motivación y la actitud de la gente no puede llevar al cambio duradero.  A la inversa, ningún poder político podrá parar los cambios que se llevarán a cabo en la sociedad cuando la revolución espiritual empiece a afectar las actitudes y motivaciones de la gente.

Jesús enseñó un cambio radical de las motivaciones que la mayoría de nosotros tomamos por sentado.  En vez de producir por la avaricia y el temor, la gente en su reino produce por el amor y el deseo de contribuir a los demás.  Este enfoque representa una mayor amenaza al sistema que todas las demás ideologías juntas.  La gente que es inmune a la avaricia y el temor, aunque parecen ser impotentes, en realidad posee mucho más poder que el propio sistema.

La iglesia y el Estado reconocieron este peligro en Jesús y trabajaron juntos para eliminarlo (Juan 19:12).  Pero la índole espiritual de este poder hace que se fortalezca bajo la persecución; lo que provocó que el mensaje de Jesús fuera difundido por todo el mundo.

El reino revolucionario de Dios no depende de los antojos cambiantes de un electorado.  Puede ser logrado aquí y ahora por individuos que han decidido hacer todo por amor, abandonando completamente todos sus lazos materiales en rendición a este amor.  Cuanto más vive la gente esta realidad trabajando por amor y confiando en Dios por sus necesidades materiales, más se manifiesta visiblemente el reino de Dios acá en la tierra... ¡ahora mismo!

Esta no es una religión de premios imaginados - es la única solución revolucionaria y completa para los problemas del mundo.  Y como funciona mejor bajo la persecución, no hay absolutamente nada que la pueda parar. ¡Viva la Revolución!


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