A veces no nos damos cuenta cuánto valor le damos a lo que dicen los demás. Mucha de la información que pensamos ser acertada es simplemente lo que hemos escuchado de otras personas y hemos confiado en que la información era correcta.

Esto es notable en el sistema religioso. Los líderes enseñan toda clase de mentiras mezclándolas con la verdad y presentándolas con sutileza (y a veces no tan sutilmente!) tanto en sus sermones y por medio de su ejemplo. Como resultado, las personas presumen saber la verdad cuando en realidad simplemente están creyendo lo que les dice su "pastor" sin verificar si lo que se está enseñando coincide con lo que Jesús enseñó.

Pero una situación en cual esto es todavía más dañino es cuando las personas escuchan acusaciones sobre los demás y en vez de cuestionar tales acusaciones y verificar hasta qué punto son acertadas, las toman como verdad y hasta ayudan a difundirlas a los demás.


Especialmente hoy en día con los medios sociales, la reputación de alguien puede ser casi completamente destruida por calumniadores que se aprovechan de que a todos les gusta una historia sensacional y de la hipocresía del mundo por estar preparado a crucificar a una persona inocente sin siquiera primero escucharle y considerar honestamente la evidencia. (Juan 7:51-52)

En su segunda epístola a Timoteo, Pablo profetizó sobre la condición espiritual de los últimos tiempos:

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita.
(2 Timoteo 3:1-5)

Hoy en día esto se va manifestando cada vez más. Las personas son cada vez más egoístas, materialistas, deseosos de fama, orgullosos, tratando a Dios con desprecio, incorregibles, quejándose por todo, confundidos emocionalmente, duros, propagando mentiras sobre los demás, desenfrenados, mal intencionados, odiadores del bien que otros hacen, delatores desleales, violentos, presumidos, ¡prefiriendo más los valores del sistema que los de Dios a la vez que fingen estar a favor de las cosas de Jesús si bien nunca le obedecen! ¡Oh, cuán claramente predijo Pablo los días de hoy!

Tales son las personas que rechazan a Dios. Llegan a odiar a los verdaderos cristianos mientras se convencen de que le hacen servicio a Dios por medio de difamarlos, perseguirlos y al final contribuir a que se justifique matarlos. (Juan 16:2-3)

Este tema de calumniar, injuriar y difamar a las personas es tan fundamental que es uno de los Diez Mandamientos:

No darás falso testimonio contra tu prójimo.
(Exodo 20:16)

Jesús reconoce la maldad en el corazón del ser humano. Sabe que el mundo en general rechaza la verdad porque no quiere cambiar lo que ya está haciendo, no quiere admitir que lo que está haciendo está mal, y quiere justificarse a todo costo. (Juan 3:19-20) Por eso se nos promete varias veces que los que queramos seguir a Cristo en oposicion a los valores del mundo vamos a ser odiados y perseguidos por los demás. (Juan 15:18-23; 2 Timoteo 3:12-13)

Bienaventurados son ustedes cuando por mi causa se los vitupere y persiga, y digan toda clase de mal contra uestedes, mintiendo.Tengan gozo y alegría, porque su premio es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que vinieron antes de ustedes.
(Mateo 5:11-12)


Los verdaderos cristianos serán injuriados y calumniados. Serán acusados de ser malvados. Se dirán mentiras sobre ellos, acusándolos de todo lo que se pueda para difamarlos. Serán llamados secta, manipuladores, estafadores, diabólicos, satánicos, pedófilos, herejes... lo que sea. Pero seremos bendecidos y participaremos de la comunión de los verdaderos profetas de Dios.

¡Ay de ustedes, cuando todos los hombres hablen bien de ustedes! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.
(Lucas 6:26)

Los calumniadores se unirán en perseguir a los verdaderos profetas y así mantener el respeto de los demás. Hablarán en contra de la importancia de obedecer a Jesús para salvación, y muchos los apoyarán. Dirán que cualquier grupo que enseña renunciar a todos sus bienes materiales y a trabajar para Dios a tiempo completo en vez de trabajar por el dinero es una secta, y recibirán aplausos. Se alentarán los unos a los otros en decir cosas cada vez más exageradas en contra de los verdaderos cristianos sintiendo siempre la confianza de que tienen el apoyo de la mayoría.

Pero en el día del juicio, Jesús les dirá, "Apártense de mí, ¡nunca los conocí a ustedes los que hicieron maldad!" (Mateo 7:23)

¿A cuál grupo vas a pertenecer? ¿A los que calumnian, injurian y difaman a los discípulos de Jesús o a los que son calumniados, injuriados y difamados por causa del mensaje de Cristo?

Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
(Mateo 7:13-14)

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