Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
(2 Timoteo 3:16)


Algunas enseñanzas son tan sagradas que es impensable cuestionarlas. La enseñanza que dice que la Biblia es la "Palabra de Dios" es una tal enseñanza. Se enseña que nada escrito fuera de sus páginas puede ser reconocido como Palabra de Dios, y que cada letra y tilde dentro de la Biblia fue hablado directamente por Dios con validez para el resto de la eternidad.  El problema es que la Biblia misma no enseña esta doctrina. 

Antes de la época de Jesús, el Espíritu de Dios se manifestó principalmente por medio de ciertos individuos y durante una épocas importantes en sus vidas. Dios se comunicó con el pueblo por medio de estos individuos, los cuales trataron de discernir lo que Dios les estaba diciendo.  Luego ellos (u otras personas) grabaron los sucesos que ocurrieron y las cosas que creyeron que Dios les había dicho en forma escrita.  Con el tiempo estas escrituras fueron vistas como "la Palabra de Dios" porque contenían cosas que Dios les había dicho por medio de tales individuos.

Sin embargo, algunos libros que hablaban sobre "la Palabra de Dios" no se consideraban "Palabra de Dios" en el momento que fueron escritos.  Luego, con el tiempo, esos libros también fueron aceptados en ser parte de la colección de escrituras que se consideraban como "Palabra de Dios", mientras que algunas otras escrituras que ANTES habían sido consideradas parte de la "Palabra de Dios" fueron echadas por fuera o perdidas. (Lee Numeros 21:14, Josue 10:13, 2 Samuel 1:18, 1 Reyes 11:41).  Además, cuando el pasaje de 2 Timoteo 3:16 (citado al principio de este artículo) fue escrito, algunos de los libros de la Biblia todavía no existían y también existían otros libros que luego no fueron incluídos en la Biblia.  Por eso es difícil saber por cierto cuales son "todas las escrituras" a cuales se refiere Pablo.

No fue hasta casi 400 años después de Cristo que los 66 libros del Antiguo y Nuevo Testamento fueron compilados en un sólo volumen, el cual hoy en día llamamos "la Biblia".  Sin embargo, hoy en día se enseña que esos 66 libros en la Biblia actual son la Palabra completa e infalible de Dios, que cualquier escritura fuera de ese volumen no es "inspirado", mientras que todo lo que esté dentro de sus páginas lo es, aun si los libros dentro de la Biblia ni siquiera mencionan a Dios (e.j. el libro de Ester).

Por supuesto, ninguna versión de la Biblia es perfecta tampoco.  Cada versión depende de su interpretación de cuáles manuscritos son los más completos y fieles y cuáles tienen cosas agregadas o editadas por escribas.  Es la razón por cual hay diferencias significativas entre las versiones Reina Valera, Nueva Versión Internacional, Biblia Textual, etc., más allá de los cambios debido al uso de frases más modernas elegidas por los traductores y la necesidad de cambiar el texto para poder registrar la traducción con "derechos de autor" para luego lucrar con el texto.

Pero incluso dentro de una misma versión, no encontramos la perfección.  Compara Nehemías 7:8-27 con Esdras 2:3-23 para ver cómo los errores pueden ocurrir fácilmente. Se enumera el número de los descendientes para 20 tribus. Los dos escritores diferencian en 13 de las 20 tribus, a veces por solamente uno o dos descendientes, pero en otras veces por centenares. A nadie le importa si Zatu tuvo 845 descendientes o 945 descendientes, pero los fundamentalistas quisieran que dijéramos que 845 es igual a 945. No podemos hacerlo.

Otra teoría aceptada extensamente dice que lo que tenemos ahora es imperfecto debido a los errores en el copiado, pero que los manuscritos originales eran infalibles e inerrantes, es decir sin cualquier error. Ya que los originales nunca se han encontrado, y todavía no se pueden discernir de manera definitiva por medio de los manuscritos que sí están disponibles, tal argumento no tiene validez. Solo sirve al propósito de atrapar a Dios dentro de un pedazo de pergamino.

La verdad es demasiado dogmática para los que enseñan que la Biblia es la Palabra infalible de Dios: Todo lo que está dentro de la Biblia (de su versión preferida) es verdad, y todo lo que está afuera de ella es una mentira. Pero si no tuviéramos solo dos etiquetas (infalibles vs malignos) podríamos tomar una opinión más racional sobre todas las escrituras santas. Nehemías puede hacer muchos errores al contar personas y todavía ser una gran fuente de inspiración para la gente con el resto de lo que dice. La Biblia misma dice que todas las escrituras santas son inspiradas por Dios y son útiles para enseñar y suplicar a gente (2 Timoteo 3:16). No dice que son infalibles, y "todas las escritura" quizás pueda incluir algunas escrituras no encontradas en la Biblia, las cuales también pueden ser útiles para enseñar.

Aun las escrituras sagradas de otras religiones pueden contener algo de verdad en ellas.  Son, de hecho, mejor que nada, y pueden ser útiles para la instrucción, la corrección, etc. hasta que venga algo mejor. Es solamente cuando un musulmán o hindú o cualquiera se vuelve un 'fundamentalista', viendo a sus escrituras santas como 'ley infalible' que las escrituras llegan a ser destructivas. Los judíos hicieron lo mismo con sus escrituras y Pablo predicó en contra de eso. Sin embargo los modernos fundamentalistas 'cristianos' hacen exactamente la misma cosa con las escrituras de Pablo. Las "sectas" hacen lo mismo con las escrituras de sus líderes.

Tenemos que notar también que aun la Biblia actual contiene la palabra de MUCHAS personas, y no tan solo de Dios.  Por ejemplo, ¿se puede decir que Job 2:4 es la Palabra de Dios, cuando la Biblia misma dice que es la palabra de Satanás? Pablo dijo que parte de lo que él mismo escribió no era la Palabra de Dios (1 Corintios 7:6, 1 Corintios 7:12, 1 Corintios 7:25). Sin embargo el mito de "la Palabra de Dios" dice que la opinión de Pablo en estas escrituras sí ES la Palabra de Dios. ¡Qué locura! Se argumenta que es Dios mismo quien nos dice: "Éste no es Dios el que habla." ¡Esto solamente podría ser verdad si Dios estuviera mintiendo cuando lo dijo!

Jesús dijo que parte de lo que escribió Moisés no era la palabra eterna de Dios, y se atrevió a cambiarlo (Marcos 10:2-12). Todas las escrituras santas (y los escritores) son falibles. Pero la Palabra de Dios no es falible. Así que la Biblia y la Palabra de Dios no son lo mismo. Juan dice que "en el principio estaba el Verbo o la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Todas las cosas fueron hechas por Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho." (Juan 1:1-3) Es obvio que Juan no se refiere a la Biblia. Se refiere a Jesús (Juan 1:14).

Este es un punto importante, a pesar de ser controversial.  La "Palabra de Dios" es simplemente la Palabra de Dios.  Es lo que Dios dice.  Es la Palabra viva que podemos escuchar directamente de Dios con o sin la Biblia.  Es también lo que Dios comunica a través de la Biblia.  Incluso, la Palabra de Dios, es Jesús mismo.

Sí, la Biblia misma dice que Jesús es la Palabra de Dios (Apocalipsis 19:13-15). Las palabras de Jesús son las que Dios utilizará para juzgarnos (Juan 12:48). Pablo dijo que el Espíritu de Dios es la Palabra de Dios (Efesios 6:17), y Jesús afirmó que sus propias palabras son parte de ese Espíritu (Juan 6:63).

Una de las diferencias más significativas entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento es que el Espíritu de Dios no está restringido a los líderes especiales en épocas especiales. Su Espíritu se ha vertido hacia fuera en 'toda la carne' ahora (Hechos 2:17), de modo que no necesitamos sacerdotes para interceder por nosotros. (Hebreos 7:23-28)

Pedro nos manda a hablar conforme a las palabras de Dios. (1 Pedro 4:11). Mientras nos sujetamos a la guía del Espíritu de Dios, la Palabra de Dios puede ser comunicada a través de nosotros. (Romanos 2:14-15, Mateo 10:40) Cada cristiano puede ser inspirado por Dios a comunicar su conocimiento de la Palabra de Dios y puede ser útil para enseñar, corregir, etc., pero no significa que todo lo que decimos es infalible.

Uno de los problemas más graves con decir que la Biblia entera es la Palabra de Dios es que hace de igual valor a todas las escrituras dentro de ella, cuando ni la Biblia pretende tal igualdad entre los textos.  Como hemos mostrado, la Biblia es clara en decir que JESÚS es la Palabra de Dios.  Las enseñanzas de Jesús en la Biblia son superiores a las demás enseñanzas en la Biblia.  No podemos, por ejemplo, tomar algo que Moisés, Salomón o Pablo dijo para excusarnos de obedecer algo que Jesús dijo.  Si parece haber alguna contradicción entre lo que dice Jesús y lo que dice cualquier otra parte de la Biblia, siempre debemos hacer que la otra parte de la Biblia conforme a lo que diga Jesús y no al revés.  Jesús es la suprema autoridad que juzga las demás enseñanzas.

El argumento "la Biblia es la Palabra de Dios" sirve para justificación para cualquier enseñanza que uno quiera promover, ya que se piensa que si se puede apuntar a algún versículo en la Biblia que apoye cualquier argumento, eso comprueba que Dios está a favor, ya que "la Biblia es la Palabra de Dios".  Este tipo de razonamiento se ha usado para justificar cosas como la guerra y el materialismo.

Ya que Dios ha hablado por medio de profetas bíblicos, y ya que Jesús es la Palabra de Dios y sus enseñanzas se contienen en la Biblia, es correcto decir que la Biblia contiene la Palabra de Dios. Pero no es la Palabra completa de Dios; Juan dice que el mundo entero no podría sostener todos los libros que se necesitarían para registrarlo todo. (Juan 21:25)  Por eso, Jesús prometió darnos el Espíritu Santo para seguir enseñándonos la verdad y hacernos recordar lo que Jesús enseñó. (Juan 14:26)  Por medio de Su Espíritu, podemos discenir la Palabra de Dios para nuestras vidas.  Por supuesto, una verdadera revelación directa de Dios no va a contradecir lo que Dios ya ha claramente establecido en las enseñanzas de Jesús, registradas en los evangelios (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y confirmadas por los demás escritos en el Nuevo Testamento.

La Biblia es superior a cualquier otro libro, y las enseñanzas de Jesús son superiores a las de cualquier otro maestro.  Por medio de la Biblia podemos conocer la voluntad de Dios.  Las enseñanzas de Jesús son la piedra angular de la fe cristiana.  Es decir, son la parte más fundamental para el cristianismo.  Las escrituras de sus seguidores (los apóstoles) también son muy importantes, pero nunca deben usarse para negar lo que enseñó Jesús. (Galatas 1:8-9)

Esta enseñanza sobre la Biblia (la cual es verdaderamente bíblica) desafía mucho a las tradiciones practicadas por casi todas las iglesias en el mundo.  Pero Jesús dijo que nunca debemos dejar que nuestras tradiciones nos cieguen a la verdadera Palabra de Dios.  (Mateo 15:3)


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