¿Notaste en algún momento que cada vez que un ángel le habla a alguien en la Biblia, las dos primeras palabras son "No temas"? ¡Y siempre se lo dicen a las personas buenas, honestas y sinceras! (Lucas 1:13, Lucas 2:10)
Teniendo en cuenta cuán importante es la fe en los asuntos espirituales ... y considerando que el miedo es lo opuesto a la fe ... parece extraño que haya tanto miedo entre los buenos. ¿Por qué es esto? Es por un tipo de miedo en particular.
Lo que la gente buena más teme es desviarse. Estamos constantemente en guardia contra los trucos que el diablo puede usar para descarrilarnos de nuestro trabajo número uno de permanecer fieles a Dios.
Pero algunos de los "carriles" a los que nos aferramos no cayeron del cielo ya formado. Los hicimos nosotros mismos. En algún momento en el pasado (a menudo en nuestra infancia o en los primeros tiempos de nuestro caminar con Dios) encontramos lo que pensamos era una muy buena manera de distinguir a los buenos de los malos. Nos aferramos a ese pensamiento para crear un "carril" o regla para mantenernos en el lado "bueno", y secretamente o subconscientemente nos prometimos nunca romperlo.
Tal vez tienes varias reglas ahora, las cuales consideras sagradas. Si rompieras una de estas reglas, o incluso si escucharas a alguien que intenta convencerte de considerar romper una de estas reglas, sentirías que estás en terreno peligroso, espiritualmente hablando.
Incluso tal vez puedes sentir que este artículo va en esa dirección, y es posible que consideres seriamente detenerte aquí y no terminarlo.
Pero antes de hacerlo, considera esto. ¿Qué pasaría si Dios mismo quisiera que hagas algo que va en contra de una de tus reglas? ¿Qué pasaría si tuviera una regla (o carril) que fuera mejor y desafiara la tuya? ¿Tendría Dios derecho a pedirte que "te descarriles" por Él?
Debido a que es un Dios celoso, puedes estar seguro que desafiará tu regla en algún momento. No es que la regla en sí sea malvada; simplemente es que Dios quiere que Él sea más importante para ti que tus propias reglas. Pero cuando El desafía la regla, las buenas personas a menudo temen que se están siendo desviado.
Pregúntate si eres salvo por aferrarte a tu regla (o reglas) o si eres salvo por la gracia inmerecida de Dios. Si solo Dios puede salvarnos, entonces solo una receptividad a su Espíritu nos puede mantener en Su camino sin desviarnos.
Jesús le dijo a sus seguidores que no debían temer recibir una 'serpiente' (es decir, un espíritu maligno) si le pedían a su Padre celestial un "pez" (es decir, el Espíritu Santo). (Lucas 11: 11-13) Dijo esto porque sabía que las personas buenas temerían que entregar el control de sus mentes, emociones y acciones podrían llevarlos a ser manipulados por una fuerza malvada.
"Dios" para muchos de nosotros es solo otro nombre por nuestra propia teología, filosofía o moralidad personal. El verdadero Dios, que esta a miles de kilómetros arriba de nosotros, intelectual y espiritualmente, no tiene mucha oportunidad para ser escuchado por encima de todas las reglas con cuales nos rodeamos. Si él no habla a través de nuestros canales aceptados, si no se ajusta a nuestra idea de lo que es la teología 'correcta', si se atreve a pedirnos que nos acerquemos demasiado a lo que siempre nos hemos alejado, entonces simplemente apagamos nuestros receptores y nos aferramos a nuestras reglas religiosas de justicia en su lugar.
Pero tenemos que desafiarnos a nosotros mismos como cristianos, juntar todas nuestras reglas y hacer un canje. Cambiarlas todas por las enseñanzas del infalible Hijo de Dios. Eso es lo que Jesús estaba tratando de hacer con Nicodemo cuando le dijo que necesitaba nacer de nuevo. (Juan 3: 3) Y eso es lo que tenemos que hacer para verdaderamente nacer de nuevo hoy.
No significa que tus reglas sean malas o incluso erróneas necesariamente; sino que son secundarias a las enseñanzas de Jesús. Pablo se mantuvo firme en su esfuerzo por buscar que los judíos intercambiaran sus complejos religiosos por las enseñanzas de Jesús ... su Mesías. Incluso los cristianos judíos temían hacer una ruptura definitiva con la seguridad de cumplir las leyes judías (por si acaso el cristianismo no era lo suficientemente bueno en sí mismo). Pero mientras se aferraban a sus reglas religiosas, Pablo dijo que estaban perdiendo el evangelio de Cristo. (Gálatas 5: 1-4)
Tus temores religiosos expulsan a Jesús, silencian a los ángeles de Dios y te hacen siervos de un dios falso. No te pierdes de lo que Dios te quiere decir por medio de aferrarte a tu "carril correcto".
¡No temas! ¡Y esa es una orden de Dios!