La profecía, por su propia naturaleza, a menudo nos dice algo sobre el futuro. También puede proclamar verdades espirituales y prácticas que tengan que ver con la vida cotidiana. Pero lo que lo hace único es que se trata de un mensaje que viene de una divina inteligencia sobrenatural que llamamos Dios. Dios no está limitado por el tiempo y el espacio. Pasado, presente y futuro son todos como los diferentes capítulos del mismo libro para Él. En el presente eterno de Dios, Él puede mirar hacia adelante y ver lo que va a suceder, y puede volver a nuestro presente y contarnos algo de lo que sabe. Hacer esto no significa que Dios haya forzado que algo sucediera. Sólo es que Dios sabe lo que va a pasar de antemano, y decirnos una porción de lo que sabe se convierte en una de las muchas partes que dan lugar a lo que se predijo.

Piensa en ello como un video de un partido de fútbol. No importa cuántas veces lo miras, el mismo equipo siempre gana. No es que el juego se haya arreglado, o que el equipo ganador no tuvo ninguna libertad en el asunto. Es sólo que lo que se ve en el video es lo que realmente ocurrió como por resultado del libre albedrío de cada jugador.

Lo mismo ocurre cuando Dios nos dice lo que va a pasar en el futuro. Probablemente deberíamos estar agradecidos de que no entra en más detalles de lo que hace, sino realmente podría llevarnos a muchas complicaciones, o preocupándonos de que vamos a arruinar las cosas, o luchando para cambiar los resultados previstos.

Así que, si estás buscando una manera de engañar al destino a través de entender las profecías, olvídalo. La profecía en sí es ineludible. Después de un período de luchar contra ella, cada persona debe finalmente llegar a la conclusión de que lo que se haya profetizado se cumplirá, sin importar cuáles decisiones las personas tomen. La razón por cual Dios nos dice algo sobre el futuro no es para que tratemos de cambiarlo, sino para que podamos aprender lecciones de la profecía que pueden lograr cambios dentro de nosotros mismos.

En una de las películas de Volver al Futuro, un personaje encuentra un libro que enumera los ganadores de las diversas carreras de caballos, y se lo lleva con la esperanza de poder regresar al presente, donde podrá usar la información para hacer grandes apuestas en las mismas carreras. Por desgracia, de un modo u otro, así es como la mayoría de los "creyentes" se acercan a las profecías bíblicas. Pero simplemente no va a funcionar.

No es como si hubiésemos encontrado el diario personal de Dios sin que Él lo sepa, y con el cual ahora podemos ser más astutos que Él por medio de estar presentes cuando la riqueza se va a distribuir, y ausentes cuando los castigos deben ser entregados.

En la película de John Cleese, Los Bandidos del Tiempo (Time Bandits), algunos ángeles caídos roban un mapa del universo que muestra algunas fallas en el continuo del espacio-tiempo, y deciden sacar provecho de estos pequeños agujeros por medio de viajar por el tiempo de una era a otra para robar riquezas. Utilizan las distorsiones del tiempo para escapar de cada situación. Pero lo que ellos no saben es que el Creador mismo les dio esa libertad a los ángeles, para que ellos encuentren las fallas en el sistema y Él las pueda arreglar.

Esta es una lección importante que necesita ser claro desde el comienzo: Sólo estás engañándote a ti mismo si piensas que puedes usar lo que aprendes aquí para obtener ganancias egoístas. No importa lo que hagas, pase lo que pase, terminarás jugando un papel en el plan de Dios.

Dios a veces sí usa Su conocimiento del futuro para preparar a la gente de antemano por los desastres, etc. Lo hizo cuando preparó a Noé para el diluvio. Le dijo a Noé lo que iba a venir, y luego le dio instrucciones sobre cómo evitarlo. Pero recuerda que lo hizo porque Él eligió hacerlo así, y porque creía que Noé era la persona adecuada en cual confiar con tal información. Noé no "estudió" a Dios en detalles para encontrar una manera de escapar de la inundación. Primero se necesitó ayuda sobrenatural de parte de Dios para que Noé aprendiera que el diluvio vendría, y luego se necesitó ayuda sobrenatural de parte de Dios para Noé pudiese encontrar una manera de escapar. Noé tuvo que estar en contacto con Dios de principio a fin para ser salvo. No podía agarrar el plan de emergencia y huir con él a algún escondite secreto donde trataría de diseñar su propio plan alternativo para la salvación.

Si no estás dispuesto a hacerlo de la manera que Dios quiera, entonces sólo vas a terminar corriendo en círculos, y aún sería mejor que dejaras de leer estos artículos sobre las profecías bíblicas. Él lo estableció de esa manera, y no hay manera de evitarlo.

Por supuesto, Noé no fue el único que fue advertido. No se construye una réplica a gran escala del Titanic en el patio de atrás sin que la gente pregunte algo acerca de cómo se va a poner en marcha. Así que el público en general, más o menos sabía lo que venía, y sin embargo había algo que faltaba en su vida espiritual que la cegaba a lo que realmente se necesitaba para no ahogarse. Algunos quizás comenzaron clases de natación. Otros quizás se compraron botes con remos y los mantuvieron en el garaje. Pero sin importar lo que hayan hecho, no los salvó al final. Y así es como funciona con cualquier conocimiento sobre el futuro. La única manera de cambiar tu destino es cambiar tus actitudes.

Olvídate de la profecía por un momento y piensa sobre el futuro en general. Si lo haces, verás cuán inútil el conocimiento del futuro puede ser si la gente no tiene la actitud correcta. Toma este ejemplo:

Las enfermeras son uno de los grupos más informadas de los trabajadores sobre los peligros de fumar, y sin embargo, la profesión de enfermería en algunos países tiene una de las incidencias más altas de consumo de tabaco de todos los grupos profesionales. Simplemente saber de antemano que fumar causará cáncer de pulmón no parece ser suficiente para que estas personas dejen de fumar. Un poco de conocimiento puede ser peligroso. A veces los que más saben sobre el futuro suponen que son tan inteligentes que serán capaces de escapar de las consecuencias al último minuto, y entonces terminan tomando riesgos aún mayores que las personas que están menos informadas.

¿Puedes ver la lección con respecto a las profecías bíblicas? Si aprendes algunas cosas sobre el futuro por medio de estudiar las profecías, te podría terminar haciendo más imprudente que nunca, y llegar a ser más perjudicial para ti que si te hubieras quedado felizmente ignorante... a menos que cambies tus actitudes.

Ahora, para otro ejemplo. Lo único que sabemos con absoluta certeza sobre el futuro es que vamos a morir. Pero ¿qué hemos hecho al respecto? La mayoría de nosotros preferimos no pensar en la muerte. Intentamos borrarlo de nuestra mente. Cuando alguien está gravemente enfermo, se los coloca en un hospital, fuera de la vista y fuera del mundo real. Todas las referencias a la muerte son bastante silenciadas o evitadas en nuestras conversaciones diarias. Al parecer, lo que sabemos con toda seguridad sobre el futuro es lo que preferiríamos no saber.

Sin embargo, si fuese posible descubrir exactamente qué día y lugar, y exactamente en qué circunstancias nos tocaría morir, la mayoría de nosotros no seríamos capaces de resistir saberlo. Nos gustaría saber, pero luego no sabríamos cómo manejar la información una vez que la tuviésemos.

Si supiéramos los detalles exactos de nuestra muerte, es casi seguro que arruinaría el resto de nuestras vidas, tratando de manipular las cosas para que no estuviésemos en ese lugar ese día, o al menos no en esas circunstancias. Esto definitivamente no es la forma en que se supone que debemos actuar sobre el conocimiento del futuro, y tal enfoque no cambiaría el futuro de todos modos.

¡Cuánto mejor sería si la gente simplemente aceptara que va a morir, y luego haría todo lo posible para que cada día sea significativo y positivo el resto de sus vidas! En cambio, perdemos el tiempo tratando de aplazar o tratando de escapar algo que todos sabemos que es inevitable.

Volvamos al tema de las profecías bíblicas. Hay un número creciente de personas que han descubierto lo que la Biblia dice sobre el mundo actual. Saben que un gobierno mundial viene que con el tiempo se volverá malvado. Por desgracia, uno de los rasgos más identificables de estos entusiastas de las profecías bíblicas (especialmente en los Estados Unidos y otros países de habla inglés) es su firme defensa de la libertad de poseer armas de fuego. Lo hacen porque quieren protegerse de este gobierno mundial. Su temor acerca de lo que está por venir les ha llevado a pensar que pueden detenerlo si sólo almacenan suficientes armas de fuego. Tales personas también creen en una amplia gama de teorías de conspiración. Muchas de las teorías que defienden muestran fuertes señales de paranoia, la intolerancia religiosa y el racismo. Algunas de estas personas empezaron con teorías válidas sobre el futuro, pero el miedo que generó en ellos los llevó a ser absorbidos por algunas de las afirmaciones más extravagantes y ridículas que la mente humana puede imaginar. Algunas de estas personas incluso se han convertido en una seria amenaza para grupos minoritarios, como los aborígenes y los judíos.

Lamentablemente, nada parece ser más eficaz en lograr que se desacredite el tema de las profecías bíblicas que tomar un vistazo de cerca a las personas que profesan con la mayor fuerza de creer en ellas. Su conocimiento del futuro les ha llevado a montar varias campañas para salvar al mundo del gobierno mundial venidero. Pero estas mismas campañas pueden haber inadvertidamente acelerado el proceso mismo que querían detener.

Los sociólogos llaman a este fenómeno la "profecía auto-cumplida". Cuando alguien cree con suficiente fuerza que un gobierno malvado va a venir, van a tener la tentación de reaccionar con tanta fuerza contra el gobierno existente que van a obligar a que tal gobierno se vuelva aún más fuerte en su intento de defenderse. En otras palabras, su propia creencia es suficiente para que la profecía se cumpla.

Consideremos ahora la otra posibilidad. Supongamos que estas personas que tratan de luchar en contra del gobierno mundial futuro, tuvieran éxito en lograr todo el poder político que ellos quisieran. Supongamos que no tuviesen límite. ¿Cuánto poder necesitarían para que se sintiesen que el mundo estaba a salvo del gobierno malvado venidero? Debido a que no habían pensado en la conclusión final de estos asuntos, nunca llegarían a un punto en cual podrían decir: "Esto es suficiente poder." Su paranoia justificaría cualquier nueva medida para aumentar el poder para sí mismos, hasta que ellos mismos se convertirían en el malvado gobierno mundial que temían originalmente. Como alguien ha dicho, "Todos creemos en el control total, mientras que seamos los que tengan el control."

Así que de cualquier manera, ya sea que provenga de la derecha o de la izquierda de las políticas, el mundo va a tener finalmente un solo gobierno mundial, y con el tiempo, va a abusar del poder que recibe. Lo que va a pasar va a pasar, y el hecho de saber que tal cosa va a pasar no equipará a nadie para cambiarlo.

Así es como funciona con la mayoría de las profecías bíblicas. Incluso si supieras la hora exacta y la fecha en cual el mundo se acabaría, no te ayudaría en nada si no estás dispuesto a hacer los mismos cambios drásticos en tu vida que deberías haber hecho con sólo saber que te vas a morir un día. Lo que se necesita para prepararse para el fin del mundo es exactamente lo mismo que lo que se necesita para prepararse para morir.

Sin embargo, es muy probable que ignores todo este consejo (si es que aun te hayas molestado en leer este artículo). Lo que quieres saber es cuándo todo va a pasar y qué pruebas hay para tales afirmaciones. Y quieres saberlo para encontrar una manera de cambiarlo (o refutarlo). Pero ese es tu problema.


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