Algo que hemos enseñado por un tiempo es que definitivamente hay una diferencia entre líderes y seguidores. Esto es verdad sea entre padres e hijos, esposos y esposas, o pastores y su congregación. Las fantasías anárquicas de un mundo donde no hay líderes o responsables simplemente no funcionan, y lo único que logran hacer es destruir cualquier organización y unidad que la gente tenía en primer lugar.

Si la anarquía fuera la solución de Dios, entonces Jesús no hubiera dicho nada sobre los cristianos trabajando dos en dos, o de tener reuniones de resolución de segundo y tercer nivel cuando se cometan faltas. (Ver "Desacuerdos"). Tampoco hubiera designado a algunos de sus seguidores como apóstoles y líderes. Lo que Jesús sí enseñó es que los verdaderos líderes deben ser <<siervos>> y <<ejemplos>>, y no <<enseñorearse>> de las ovejas. (Ver "Líderes Cristianos") Igualmente son líderes, y en general, los "pastores" tienen una visión más clara que el resto de las ovejas.

Las ovejas pueden argumentar que habían logrado encontrar pastos verdes cuando estaban sueltas, sin la ayuda de un pastor; pero parece que aprender a no ser salvaje es parte del ejercicio espiritual que Dios quiere que aprendamos.

Dicho en otras palabras, las organizaciones (con líderes y seguidores) están para ayudarnos a vencer nuestra tendencia de ser anarquistas y andar en la nuestra. Sujetarse el uno al otro en amor es una parte importante de nuestro crecimiento espiritual, y una manera eficaz de aprender a ser humilde. Cualquier persona que discute en contra de eso casi ciertamente está tratando de defender su orgullo.

Todos los días va a haber diferencias de opinión en una larga lista de temas, y Dios puede usar esas diferencias para enseñarnos lecciones espirituales. Pocas veces importa (por ejemplo) si comemos pan o galletas para la merienda; pero sí importa que (a) los líderes estén atentos a las necesidades de todos los demás, y (b) que los demás sujeten su voluntad y opinión (por lo menos a veces) a la voluntad de otros, especialmente de los que tienen más experiencia y han mostrado ser responsables. Esto es una parte importante de las lecciones espirituales que Dios nos quiere enseñar. En ambos casos debe haber una <<sumisión>> para descubrir qué es lo mejor para todos.

Los líderes deberían cuidarse de no abusar de su posición como líderes y no forzar su voluntad y opinión encima de otros. Sin embargo, no necesariamente significa que los demás tienen la misma autoridad con respecto a temas relacionados a opiniones. Simplemente significa que los líderes deberían usar su posición para tomar en cuenta las opiniones de los seguidores cuanto más sea posible. Si hacen eso, y si los demás están preparados a seguirles sin importar si sus propias opiniones se están implementando, entonces ambos lados deberían llevarse bastante bien.

Algo que debemos hacer como líderes es esforzarnos para discernir cuáles de nuestras opiniones son solamente eso: <<opiniones>>. Dicho de otra manera, lo que nos hace tener tantas opiniones en tantos temas es simplemente que nos convencemos de que cada tema de opinión es en realidad un tema moral. Pero obviamente aun nuestras enseñanzas no están todas de la misma manera cimentadas. Hay una unidad fuerte entre la mayoría de nuestras enseñanzas que a veces nos hace sentir que si cambiáramos una pequeña parte cambiaría todo lo demás. Pero esto no es cierto.

La profecía bíblica, por ejemplo, es algo muy importante para nosotros porque reafirma las enseñanzas de Jesús, y la necesidad práctica para aprender a vivir por fe (en lo mínimo, para que podamos aprender a sobrevivir cuando se introduzca la marca de la bestia). Pero, tal vez no nos sea útil debatir el tema si alguien viene y dice que piensan que el libro entero del Apocalipsis tiene que ver con eventos que ya han sucedido en la tierra. Simplemente podríamos estar de acuerdo de que no estamos de acuerdo en ese punto, y enfocar la atención hacia las enseñanzas de Jesús que se encuentran en los evangelios, si es que queremos enfocarnos en el tema de vivir por fe.

Otro buen ejemplo es la historia de Tom, un musulmán que pensaba que era blasfemia decir que Jesús era el Hijo de Dios. Si algo parecía ser una creencia fundamental sobre cual no se podía ceder, esa era una. Pero hubo una comunidad cristiana que aceptó que él trabajara con ellos aunque Tom sólo creía en Jesús como profeta.

Tres meses después, Tom anunció que se había convertido y que creía en Jesús, el Hijo de Dios... y lo había hecho sin ningún argumento o presión de parte de la comunidad cristiana con cual estaba trabajando. Simplemente fue el trabajo del Espíritu Santo. Necesitamos tener la misma clase de confianza en otros temas relacionados a la fe, y dejar que el Espíritu Santo guíe a los demás (y los deseos sinceros de cada persona de conocer la verdad) en áreas donde nosotros personalmente no los podemos llevar sin tensiones graves.

Hemos escrito esto de tal manera que pareciera como instrucciones hacia los líderes para que sean los que siempre tengan que ceder sus opiniones. Pero tenemos que advertir a los que están siendo discipulados que Dios les enseñó mucho de lo que ustedes saben ahora a través de sus líderes, y es muy probable que Dios no haya terminado de enseñarles todo lo que les quiere enseñar por medio de ellos.

Si existen razones para que ellos sean pacientes con ustedes, hay más razones para que sean pacientes con ellos. Ustedes necesitarán poner muchísimas de sus propias opiniones en espera. Tal vez también les sirva recordar cuántas otras opiniones tenían ustedes antes, que luego se dieron cuenta que eran falsas desde que empezaron a escuchar la sabiduría de sus líderes actuales.

El diablo te va a decir que has cambiado con tantos temas que ahora debe ser el turno de los líderes en cambiar. Pero lo opuesto es verdad. Cuanto más alguien te enseña, más necesitas confiar en esa persona cuando nuevas verdades vienen de su parte. Dales una oportunidad. Escucha lo que te digan. Considera sus argumentos seriamente. No significa que tienes que apagar tu mente y creer todo sin cuestionarlo. Pero con cosas que son meramente opiniones puedes seguir a tus líderes sin necesariamente estar de acuerdo con la sabiduría de sus decisiones, simplemente porque la sumisión es buena espiritualmente para ti, y porque no es constructivo tener que debatir cada decisión que se toma. No te dejes engañar creyendo que tus líderes tienen que ser perfectos antes de que puedas sujetar tus opiniones a las de ellos. Dales algo de confianza a base de sus buenos antecedentes.
 
No te vuelvas ciego a tus propias imperfecciones tampoco. Esencialmente, estamos todos buscando una utopía, o sea un lugar donde todo funciona en armonía, con un esfuerzo mínimo. Pero hasta que lo encontremos, vamos a tener que operar con lo mejor que tenemos disponible, y eso parece ser una comunidad de creyentes que está (en general) tratando de encontrar y seguir la voluntad de Dios, aun si ninguno de nosotros lo hace perfectamente.

Ámanse los unos a los otros, porque <<el amor nunca deja de ser>>. (1 Corintios 13:8)


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