juicio

El día de juicio.  Cada hombre, mujer y niño desde Adán hasta el fin de tiempo estará ahí para enfrentar al Gran Juez.

¿Cuál será la base en la que el Juez pronunciará la sentencia de vida o la sentencia de muerte? ¿Qué dice la Biblia con respecto a eso?  ¿Y qué usará la gente para defender su causa en ese día?

Algunos dirán que han profetizado en su nombre, que echaron demonios en su nombre y que han realizado obras maravillosas en su nombre. (Mateo 7:21-23)  Él no va a negar sus proclamaciones; solamente va a llamarlos obradores de iniquidad y condenarlos.

Algunos declararán que hablan en lenguas y que tienen gran conocimiento y entienden misterios espirituales, pero serán rechazados. (1 Corintios 13:1-2)

Muchos tendrán la certeza de que haber pertenecido a la denominación correcta les dará vida, solo para aprender que ellos también fallaron en su entendimiento. (1 Corintios 1:12 y 1 Corintios 3:4)

Muchos habrán puesto su esperanza en creer que Jesús es el Hijo de Dios, solo para descubrir que no leyeron el contrato completo. (Juan 8:31)

La mayoría va a suplicar que fue 'salva por gracia' sin haber entendido el significado de la palabra.  El Diccionario Griego de Strong del Nuevo Testamento (Strong's Greek Dictionary of the New Testament) dice que es, "... la influencia divina sobre el corazón y su reflejo en la vida". La gracia tiene que ser 'reflejada en la vida' del creyente para que sea la clase de gracia que salva.

La influencia divina es de Dios. Su 'lluvia' justa cae encima de los justos y los injustos; pero no es lo que hace que una persona sea justa o injusta. Es el 'reflejo en la vida' lo que hace a una persona justa.

Jesús dijo que las palabras que él hablaba son las que nos juzgarán. (Juan 12:48) ¿Qué hemos hecho con sus palabras?  ¿Las hemos obedecido o ignorado?

En Mateo 25:31-46 Jesús dice que todas las naciones del mundo estarán separadas en dos grupos.  Este no es una parábola, sino una imagen actual del juicio.  Presta atención a la clase de obras que el Juez busca: la manifestación del amor - no la manifestación de milagros.

La Biblia dice que seremos juzgado de acuerdo a nuestras obras. (Apocalipsis 20:11-13)

Pablo dice que el juicio justo de Dios le dará a cada persona de acuerdo a sus acciones (Romanos 2:6) y "de acuerdo a lo que ha hecho". (2 Corintios 5:10).

Pedro dice, "El Padre... juzga de acuerdo a lo que se ha hecho". (1 Pedro 1:17)

¿Cómo reconciliamos todas estas declaraciones sobre las obras con la declaración de Pablo de que no somos justificados por las obras de la ley? (Romanos 3:28).

Empieza por preguntar de qué ley Pablo se estaba refiriendo.  En Romanos 2 y 3 estaba hablando de la ley de Moisés. Estos mandamientos, contenidos en ordenanzas, fueron clavados a la cruz. (Efesios 2:15 y Colosenses 2:14)

Somos justificados por fe, ¿pero fe en qué?  Santiago lo pone en claro que la fe que no produce obras está muerta.  Es inútil. (Santiago 2:20 y 2:26)  La gracia que el Señor, gentilmente, ha puesto en nuestros corazones tiene que manifestarse en acciones - en obras.  Las 'cabras' de Mateo 25 no tuvieron esta clase de gracia.

Debido a que Jesús dijo en Juan 12:48 que sus palabras son lo que nos van a juzgar en ese día, entonces tenemos que ir a sus palabras para encontrar las obras que tenemos que producir.  El Sermón del Monte es un buen lugar donde empezar, porque está repleto de mandamientos a los que necesitamos estar haciendo caso.  Nuestra respuesta en obediencia a los mandamientos de Jesús tiene que ser generada por el amor: amor por Dios y nuestro prójimo.  Esta es gracia verdadera.

"Si me amas, guarda mis mandamientos." (Juan 14:15)


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