Vision


Todos sospechamos que la vida debe tener un propósito, un significado mayor que nosotros mismos, que debe haber un gran plan de cual somos parte. Nos diferenciamos de los animales en que podemos ver más allá de lo visible. Aun con respecto a lo material, podemos pensar en tales cosas como el pasado y el futuro de las cosas, y podemos imaginarnos cómo podría haber sido el mundo mucho antes que estuviésemos en la tierra, y cómo será el universo en el futuro. Todo esto es parte de tener una visión más amplia de lo que está sucediendo en este momento.

Hay momentos cuando no discernimos bien qué es el gran plan detrás de lo que está sucediendo. Cuando sucede eso, y no tenemos una visión clara sobre el propósito de nuestras vidas, terminamos haciendo cosas sin saber por qué las estamos haciendo. Esta forma de vivir no tiene sentido, y es en realidad un tipo de locura. (Romanos 1:28)

Hay personas que son diagnosticadas con enfermedades mentales que llevan este comportamiento a un extremo. Hacen cosas como contar todas las páginas de los libros, andar por las calles sin saber dónde van, pasar sus días limpiando sus viviendas obsesivamente, y muchas otras formas extremas de hacer cosas sin sentido. Otras personas pierden el sentido total de la vida, caen en depresión y terminan no queriendo hacer nada. Llegan a estar muy tristes sobre sus vidas, porque no saben lo que deben hacer. El vacío de sus vidas a menudo los lleva a suicidarse. No tienen una visión clara del propósito de su existencia, así que no ven el sentido a vivir. En su desesperación prefieren morir, y eligen acabar con sus vidas.

Aunque el mundo reconoce que estos casos extremos son ejemplos de personas con problemas mentales, la verdad es que la mayoría de las personas en el mundo viven sin una visión clara del propósito de sus vidas. También se la pasan haciendo cosas sin saber por qué las hacen, y viviendo un estilo de vida que busca la felicidad y satisfacción por medio de cosas que nunca se las puede dar (Hageo 1:5-6). Sin embargo, ya que los médicos, psicólogos y psiquiatras son parte de este sistema, no consideran que vivir una vida sin algún propósito mayor que el materialismo sea una enfermedad mental, sino la normalidad.

Esta falta de visión se puede ver en muchos aspectos de la vida. Por ejemplo, algunas personas pasan toda su vida tratando de ser buenos en un deporte, o dedicando mucho tiempo y concentración por seguir a un deportista o equipo de fútbol, y no se paran a pensar acerca de por qué esto es importante para sus vidas, ni si tiene siquiera alguna importancia definitiva. No se toman el tiempo para cuestionarse si la vida realmente se trata de tales cosas.

Otros usan sus vidas trabajando para que su país se vea bien, pero no se fijan en el plan más grande, en tener una visión para el mundo entero. Se olvidan de que aumentar la riqueza y el poder de su propio país a menudo termina quitando a los otros países, de que las fronteras las inventamos nosotros, y de que los recursos naturales en realidad no nos pertenecen.

La falta de visión también se ve en muchas personas religiosas que pretenden ver la verdad sobre nuestro propósito en el universo, pero que se la pasan arduamente trabajando sólo para conseguir que más gente se junte a su propia organización. Terminan peleándose con otras personas que también están tratando de hacer lo mismo por su religión. Estas personas también necesitan una visión más grande de la que tienen ahora.

Nosotros creemos que hay un gran plan que ayudará a todo el mundo, y que hará que cada parte de nuestras vidas funcionen en armonía. La verdad puede discernirse de muchas formas, pero cada aspecto de la verdad cabrá bien en este gran conjunto, y revelará más detalladamente el gran plan y propósito para nuestras vidas.

Por desgracia, el mundo de hoy está lleno de personas que no pueden ver el cuadro más grande. Cada uno promueve solamente las pequeñas piezas de la verdad que tienen, en vez de tratar de encontrar un mejor entendimiento por medio de escuchar y valorar las piezas que han sido descubiertas por otras personas. Sus propias tradiciones los ciegan a la Verdad Suprema. (Marcos 7:6-7; Marcos 7:9)  

Es como lo que pasó con cinco ciegos que trataron de explicar lo que era un elefante. Uno tocó la cola y dijo que un elefante es como una cuerda. Otro tocó la pierna y dijo que es como un árbol. Otro tocó una oreja y dijo que un elefante es como una manta. Otro tocó la panza y dijo que es como una pared. Y el último tocó la trompa y dijo que un elefante en realidad es como una gran serpiente. Todos tenían la razón, pero no se escuchaban los unos a los otros para ver la verdad completa. (Mateo 15:14)

Algunas personas se ponen de acuerdo con cualquier cosa que diga su grupo sin entender por qué creen de esa forma o por qué hacen ciertas cosas. Cuando alguien desafía los errores de su grupo, la mayoría de las veces no escuchan a las críticas y defienden a su grupo, aun cuando se les muestra claramente que están equivocados. Muchos grupos religiosos tuvieron muy buenos ideales y buenas razones al principio, pero después de un corto período de tiempo, las personas del grupo comenzaron a trabajar para promover la organización misma y no para promover los ideales que el movimiento tuvo cuando comenzó.

Jesús habló de un gobierno (o reino) invisible que no se encuentra en una localidad específica ni se puede ver políticamente. (Lucas 17:20-21) Él enseñó mucho sobre este reino, y es parte del propósito mayor que existe para nuestras vidas. Sin embargo, hoy en día, muchas personas se pelean y se matan mientras pretenden estar trabajando para este reino. Pero una persona honesta puede ver que sólo están trabajando para promover su propia religión. El grupo invisible sobre cual Jesús hablaba no era otro sistema religioso y político, sino un movimiento espiritual. (Juan 4:19-24)

Si somos honestos y humildes, veremos que no tenemos todas las respuestas. Cuando seamos honestos acerca de esto, vamos a aprender más que las personas que piensan que lo saben todo, y que no escuchan a los demás a causa de su orgullo. Un buen líder hará preguntas para ver si sus aprendices pueden ver la verdad que ha estado tratando de mostrarles, y estará abierto a descubrir nuevas verdades, aun si la nueva revelación expone algún error en su previo entendimiento. Cuando descubra a alguien que tiene una visión más completa, no lo verá como una amenaza, sino como alguien de quién se puede aprender mucho más.

Si realmente quieres saber la verdad, no temerás examinar el pequeño pedazo de la verdad que tiene tu propio grupo, y no dejarás de buscar más de la verdad. Querrás ver más de las piezas, y querrás ponerlas juntas para ayudarte a ver el plan mayor que existe para todo el mundo, y para toda la vida. (Filipenses 3:12-14)

¿Cuál es tu razón para vivir? ¿Cuál es tu visión? ¿Hay algunas preguntas para las que no tienes respuestas? ¿Vas a escuchar si alguien tiene respuestas para tus preguntas? ¿Estás dispuesto a aprender de alguien que tenga una visión más clara que la tuya?

El primer paso para encontrar las respuestas es reconocer que no tenemos todas las respuestas. Si queremos ver mejor, tenemos que admitir que no podemos ver tan bien como nos gustaría. (Juan 9:41) Es bueno hablar con otras personas acerca de las preguntas por las cuales no tienes respuestas. Nosotros también buscamos cada vez más de la verdad, y aunque sabemos que no tenemos todas las respuestas, sabemos que Dios sí las tiene.

Para encontrar más de la verdad, debemos conocer más a Dios, y compartir los unos con los otros lo que vamos aprendiendo. Trataremos de compartir lo que hemos aprendido de la verdad sobre el propósito de nuestras vidas y esperamos que juntos podamos trabajar para descubrir y vivir una vida en armonía con el gran plan que Dios tiene para nosotros. Esa es nuestra visión.



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