Si alguien dice que Dios se comunica con él y le cuenta su voluntad, es probable que la gente crea que está loco. Sin embargo, la verdad es que Dios sí puede comunicarse con cualquier persona y lo hace con la gente que sinceramente quiere escucharlo. No hay mucho escrito sobre el tema de escuchar a Dios. Las iglesias dan algunas claves, pero tienden a enfocarse en una sola manera y excluyen a las demás.

Este artículo es un intento de compartir con otros nuestras propias experiencias de escuchar a Dios, para que cualquiera lo pueda experimentar por sí mismo. Hemos anotado una lista con las diferentes formas en que Dios puede comunicarse, las cuales se pueden usar para conseguir un entendimiento más fidedigno de lo que Dios esté comunicando. Quizás conoces algunas otras maneras que Dios usa para comunicarse, o quizás las explicarías diferente a nosotros. Eso está bien.  Nosotros sólo compartimos de nuestras propias experiencias.

No todas las ocho maneras en la lista de abajo tienen el mismo valor, así que las hemos puesto en orden de importancia.

1. PRESTAR ATENCIÓN A LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS

Jesús, la Palabra de Dios hecha carne, fue la voz de Dios sobre la tierra. Cuando queremos saber la voluntad de Dios, ¿a quién es mejor recurrir? (Juan 14:6-7). Si Jesús mandó a sus seguidores a hacer algo, y dices ser su seguidor, entonces debes obedecer tales enseñanzas tú mismo. Si estás pensando hacer algo que va en contra de lo que enseñó Jesús, no lo debes hacer. Es así de claro. 

Jesús nos da muy buenas pautas para seguir. Sin embargo, Él no pudo siempre darnos instrucciones para cada circunstancia específica que enfrentamos día a día, y es entonces cuando las otras maneras de conocer la voluntad de Dios pueden ser muy útiles.

2. PRESTAR ATENCIÓN A TU CONCIENCIA

Ésta es casi tan importante como las enseñanzas de Jesús.  Dios puede hablarte directamente a tu conciencia por medio de su Espíritu Santo.  Es muy importante que hagas lo que te diga. 

Sin embargo, una conciencia puede ser "entrenada" -- para lo malo y también para lo bueno (1 Juan 3:20) o influida por nuestra cultura y valores familiares. Así que necesitamos a las enseñanzas de Jesús para entrenar a nuestra conciencia en reconocer lo bueno.  Dios no te mandará hacer algo en contra de lo que ya ha mandado por medio de las enseñanzas de Jesús.  El registro escrito de las enseñanzas de Jesús pueden ser usadas para verificar si lo que estás oyendo verdaderamente viene de Dios.

Mientras estudias las enseñanzas de Jesús, verás que ellas hablarán a tu conciencia. El Espíritu de Dios, hablando por medio de tu conciencia, te dirá que lo que Jesús está diciendo es verdad. Tienes que obedecer esa voz y no cauterizar a tu conciencia por medio de hacerle caso a los argumentos en contra de Jesús (Romanos 1:18-21)

Las próximas cinco categorías son todas similares en importancia. Sin embargo, hemos encontrado que problemas resultan con cada una de ellas cuando cualquiera de ellas es seguida a la exclusión de las otras.

3. PRESTAR ATENCIÓN A CONSEJO CONFIABLE

Tienes que escuchar el consejo de personas confiables tales como aquellas que escribieron partes de la Biblia y las personas alrededor tuyo que han mostrado dar consejos sanos. Es fácil ser totalmente independiente y querer hacer las cosas a tu propia manera (sin importar si tu propia manera es la mejor). Por medio de escuchar el consejo de otras personas, recibirás un "segundo testimonio" en cuanto a la voluntad de Dios para tu vida (2 Corintios 13:1).

La debilidad de esta manera de conocer la voluntad de Dios es que alguna persona en la cual confiabas antes, puede darte un consejo que no esté de acuerdo con lo demás que te esté diciendo Dios, (ej. si va en contra de tu consciencia o las enseñanzas de Jesús). Pablo dijo que si él o un ángel del Cielo dijere cualquier cosa en contra del evangelio de Jesús, debemos rechazarlo y maldecirlo a él y darle la preferencia a Jesús (Gálatas 1:8).

4. PRESTAR ATENCIÓN A LAS REVELACIONES DIRECTAS

Dios nos puede hablar por medio de sueños, visiones y profecías. Debemos tomar el tiempo en escuchar lo que Dios nos quiera decir. Pídele a Dios que te dé sueños cuando te vayas a dormir, y cada día cuando ores pasa un poco de tiempo vaciando tu mente de todos tus propios pensamientos para darle la oportunidad a Dios en comunicarte algo.  Quizás verás una imagen, o algunas palabras entrarán en tu mente o tendrás algo como un sueño mientras todavía estés despierto que tú mismo no has creado conscientemente. 

La ventaja de las revelaciones directas es que Dios te puede hablar en parábolas. Puede darte un mensaje que quizás estabas resistiendo por otros medios. Una vez que tengas la revelación es importante que le pidas a Dios que te dé una interpretación en cuanto al mensaje detrás de la revelación y entonces buscar una aplicación de la lección en algo que esté sucediendo en tu vida. Lo deberás hacer con una disposición en aceptar la verdad de la revelación, sin importar qué tan difícil es poner la lección en práctica, porque a menudo lo que Dios más quiere comunicar es lo que estamos más dispuestos a resistir.

Una debilidad con revelaciones directas es que es posible que a veces sean solamente expresiones de nuestro subconsciente, o en el caso de sueños, pueden ser un ataque del diablo (ej. las pesadillas). Un sueño dado por Dios te dará una solución, y no causará que experimentes temor irracional. Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder, amor y de una mente sana (2 Timoteo 1:7). Aún con las visiones, habrá veces cuando no tendrás una interpretación clara, y tendrás que ponerlo a un lado hasta que Dios te aclare su voluntad.

Una combinación de los métodos 3 y 4, pueden ser fuertes. Si Dios les da visiones a varias personas confiables con el mismo mensaje, o uno similar, puedes sentir confianza de que el mensaje es de Dios. Esto sucede más a menudo cuando participamos en juntas de "escuchar" comunal (ej. una junta en la cual cada persona se queda en silencio y busca la voluntad de Dios.  Luego se comparte el uno con el otro lo que uno haya recibido de Dios.)

(Para más información, lee el artículo Revelaciones Directas)

5. PRESTAR ATENCIÓN A LAS CIRCUNSTANCIAS

Dios puede crear circunstancias para asistirte en hacer lo correcto. Las puertas abiertas o cerradas pueden ser señales obvias de la voluntad de Dios. Si, por ejemplo, piensas que Dios quiere que camines sobre el agua, pero lo intentas y no funciona, entonces es probable que no era él el que te estaba mandando a hacerlo.

La debilidad en esta manera (si uno la usa a la exclusión de las demás), es que puede ser que Dios quiera que sigas perseverando en circunstancias difíciles y el diablo te tentará a renunciar. No puedes depender totalmente sobre las circunstancias, sino terminarás haciendo cualquier cosa que sea más fácil.

6. PRESTAR ATENCIÓN A LAS CASUALIDADES

Las coincidencias o casualidades son un poco como las circunstancias, sólo que son más sutiles. Ellas tienen que ver más con la oportunidad de las circunstancias que con las circunstancias mismas. Por ejemplo, si estás considerando visitar a parientes y abres la Biblia en donde habla sobre la unión de las familias, lo puedes tomar como una confirmación de Dios que debes ir. En otras circunstancias el mismo pasaje de la Biblia no tendría el mismo significado para ti.

Sin embargo, es muy fácil ser distraído por las coincidencias. Algunas personas locas pasan sus vidas enteras buscando a la voluntad de Dios por medio de cada coincidencia supuesta en todo lo que hacen. No necesitas crear las coincidencias. Las coincidencias sucederán por sí mismas y serán claras cuando sucedan.

7. PRESTAR ATENCIÓN A LOS DESEOS

Dios nos puede hablar en un nivel emocional por medio de su Espíritu Santo. Esto puede expresarse en maneras sutiles, tales como un interés en una actividad en particular. Dios quiere que disfrutemos lo que hacemos y lo haremos mejor si lo disfrutamos. Esta manera es similar a la de consciencia (cuando sentimos una convicción fuerte de hacer o no hacer algo), pero es más pasivo. Si, por ejemplo, te gusta trabajar enseñando a niños, si hay una oportunidad de hacerlo, y si Dios no usa alguna de las otras maneras para decirte que no lo hagas, no debes sentirte mal en hacer lo que te guste.

La debilidad con esto es que el diablo nos tienta por medio de hacer que el pecado parezca disfrutable. Nuestro interés o motivo en algo no es siempre puro y debemos reconocer cuando es así. Nuestros deseos deben ser usados y seguidos sólo cuando no contradicen lo demás que Dios ha comunicado.

8. PRESTAR ATENCIÓN A LOS MILAGROS Y SEÑALES

Dios puede elegir usar una experiencia sobrenatural para revelar su voluntad a su gente. Hubo veces cuando la gente pidió una "señal" de Dios para confirmar su voluntad para ella (ej. Gedeon, Jueces 6:17, 36-40). Esta es una práctica que hemos desanimado porque es fácil que sea una forma de "tentar" a Dios, y hay personas que han sido castigadas por haber hecho eso (ej. Zacarías, en Lucas 1:18-20). 

Las únicas veces que Dios parece haber tolerado pedir una señal, ha sido en casos cuando él les estaba pidiendo a una persona hacer algo que iba muy en contra del razonamiento natural. Jesús caucionó que una generación malvada busca una señal y que en vez de pedir señales debemos depender sobre las palabras de los mensajeros de Dios para conocer la voluntad de Dios (Mateo 12:39). Si Dios ya te ha hablado por otros medios, entonces está mal exigirle que él haga un milagro para confirmar lo que ya te ha dicho. 

CÓMO PONERLO EN PRÁCTICA

Cuando estés pensando sobre lo que Dios te esta comunicando, toma en cuenta todas las maneras en las cuales él puede comunicarse y compáralas una con la otra. No habrá siempre unidad entre todas las ocho maneras.  El escuchar a Dios es una acción de fe, y tales acciones siempre dejan lugar para la duda. Es importante que seas honesto y sincero en buscar la voluntad de Dios, estando dispuesto a interpretar revelaciones, etc. con una mente abierta y también estar dispuesto hacer cualquier cosa que Dios te mande a hacer, sin importar su dificultad. 

El propósito es obtener una idea en general de lo que Dios te está mandando a hacer y entonces hacerlo. Si haces eso, puedes asegurarte que Dios no te fallará. Jesús dijo que si le pedimos a Dios por su Espíritu Santo, es parecido a un niño pidiéndole a su padre por un pescado. Él no le dará una serpiente al niño. (Lucas 11:11-13). Si solamente sigues una de las maneras que Dios usa para comunicarse a la exclusión de las demás, puedes engañarte fácilmente en pensar que Dios te esté diciendo algo que en realidad no esté diciendo.

Una vez que sepas lo que Dios te ha comunicado, tienes la responsabilidad de ponerlo en práctica. Si no le haces caso a lo que te diga, es probable que poco a poco dejes de escuchar a Dios (porque habrás destruido tu habilidad en reconocer su voz) y morirás espiritualmente (1 Timoteo 4:2). 

Así que, ¿qué esperas? ¡Busca lo que Dios quiere decirte hoy!



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